Los días de fin de mes, cuando llego al trabajo, respiro hondo, intento relajarme, cubrirme con una coraza y mantenerme imperturbable durante la mañana. Llevo muchos años sufriendo el fin de mes y sigo sintiendo los nervios agazapados en el estómago cuando llega el día 30 o 31. No puedo evitar esa sensación de que si algo malo puede pasar, pasará.
Porque en este Banco de ¿mis amores? no, más bien de mis horrores, los problemas aparecen en estas jornadas de mayor afluencia de público, pese a la Banca "on line", los cajeros, las "app's y toda la parafernalia informática que parece que hará desaparecer la clásica sucursal.
Hoy es jueves y llevo toda la semana padeciendo la lentitud del "sistema". Tecleo los números de cuenta sin mirar, a gran velocidad, como siempre hago, y en la pantalla aparecen "goteando" con parsimonia, no inmediatamente. Los procesos se bloquean y tardan tanto que no sé si debo esperar o empezar de nuevo. He de reiniciar constantemente.
El público se agolpa y me ven esperando, desesperada, a que el proceso continúe a su ritmo exasperante. He hablado con otros compañeros para consolarme. En casi todas las oficinas están igual.
-No sé lo que estarán haciendo (los de informática)
-Algo deben estar tocando, o descargando,y nos afecta.
Son las frases que intentan explicar lo inexplicable, lo desconocido. Ni yo, ni la mayoría de la plantilla afectada, sabemos qué sucede. Ya nos da igual. Son tantos fines de mes durante tantos años en que algo se estropea, en que los procesos funcionan peor de lo habitual, que nos hemos acostumbrado a convivir con el caos.
Resignación, esa es la palabra. En este Banco de mis horrores sé que suele suceder lo peor. Lo sufriremos y nunca se nos dará una explicación convincente. Nos quedamos como tontos, aguantando la mirada de los clientes y repitiendo como una letanía "hoy el sistema va un poco lento" ¿Un poco lento? Si casi me da tiempo a ir al lavabo entre respuesta y respuesta del terminal.
No, por favor, que no me cuenten más bobadas de Banco digital, de nuevos procesos, que no me digan que somos punteros. Que no pretendan que dé la cara por mi empresa y la defienda a capa y espada. ¿Cómo? Si no puedo dar una explicación lógica, si parece que somos una filial de la British Airways y hemos copiado su caos.
Estoy cansada de fingir cuando querría gritar a todos: "Mi Banco es una mierda". No nos cuida, no nos defiende; solo exige, presiona y nos deja tirados a los pies, no de los caballos, sino de los clientes.
Los informáticos ya lo creo que tocan algo, más bien se tocan algo, y encima les pagan.
ResponderEliminar¿Resignación? ¡Y una mierda! Que es lo que tu banco y la mayoría de bancos son. y lo digo sin acritud. Ja,ja.
Saludos.
Pues esta semana la cosa ha ido más lenta aún. Me prepararé el fin de semana. Lo peor está por llegar. Un abrazo
ResponderEliminar¡Qué horror! Para que digan que las máquinas no tienen vida propia. Ánimo.
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