Cuando entro en mi blog me gusta ver las estadísticas y miro el número de visitas. Si veo que hay pocas me siento un poco decepcionada, no os voy a engañar, porque a los que escribimos nos gusta que nos lean. Pero como no hay ningún afán crematístico en esto, mi desilusión se pasa pronto y me pongo nuevamente a escribir.
En la sucursal hay días en que viene poco público... interesante comercialmente. A pesar de estar gran parte de la jornada enclaustrado en su despacho, al director le preocupa la escasa afluencia de gente de algunos días.
-Si no viene nadie, poco podemos hacer -Así le rebate Claudio al director, que día tras día, le pregunta varias veces "¿Qué has hecho hoy?"
-Hay que llamar a los clientes -aconseja Augusto.
Es muy fácil dar pautas a otros y no seguirlas uno mismo (Consejos vendo, que para mí no tengo, como dice el refrán). Eso le pasa al director, que gandulea como nadie.
- Hay que hacer más trabajo de calle y visitar, visitar y visitar más -recomienda el director de área cada vez que hace su ronda por la sucursal.
Creo que están equivocados. A mí no me gusta que me llamen por teléfono para ofrecerme nada. Menos aún ser visitada por los Bancos cercanos. Tenemos unos jefes muy antiguos que aún no se dan cuenta de que esos métodos quizá funcionaban en el pasado siglo, pero no ahora.
Y clientes entran, claro que entran, pero solo se dirigen a mí, pocos van a las mesas de los asesores comerciales. En general, huyen despavoridos si ven que les intentan vender algo y pocas veces siguen mis indicaciones de hablar con Claudio o Maripi para que les ofrezcan interesantes opciones de inversión.
Sí, los clientes muchas veces esquivan a los comerciales como los paseantes evitan a los muchachitos que intentan conseguir suscripciones para ONG's, a las gitanas que te acosan blandiendo un ramito de romero "de la buena suerte", o a los militantes de causas variopintas que recogen firmas para conseguir un mundo mejor.
Y mientras tanto, mis compañeros siguen quejándose de que "no viene nadie". Si la Banca no lanza ofertas atractivas y sencillas para los ahorros moderados de la clase media, por los que actualmente no se le ofrece ningún interés, seguiremos viendo como los clientes bajan los ojos, evitan mirar a los comerciales y se van rapidito, no vaya a ser que les convenzan de contratar algún fondo difícil de entender y en el que, a lo máximo que uno puede aspirar, es a no perder.
Sí te leen Zarzamora. Seguro que menos de los que hubieras deseado, pero más que los que piensas. Yo por ejemplo, te he visitado todos estos días incluso varias veces, esperando ver un nuevo “lanzamiento” que esta vez parecía demorarse.
ResponderEliminarEn cuanto a las llamadas telefónicas de los bancos, tu jefe lo dice porque tiene que decir algo, pero seguro que él sabe y por propia experiencia que no es agradable. Yo por ejemplo procuro ser, si no amable, por lo menos algo educado, porque como dice mi mujer, suelen ser gente joven que se gana la vida así, en un banco, plataforma telefónica etc. Ofreciéndote desde préstamos, cambiar de operador y miles de cosas. La verdad es que todo nos cansa. Hay algunos que son más “agresivos” y no sabes cómo colgar, porque las ofertas por correo les das “cestona” y aquí no ha pasado nada.
Sigue es escribiendo y “repartiendo dinero”. En un banco de mi localidad ya no hay ni zarzamora. Eso sí, fuera han puesto un cajero más. Una sucursal que han modernizado de otro, según mi mujer, no ves a nadie. Hay que coger número, todo está entre bambalinas hasta el que va a sacar dinero también está sentado. Qué intimidad y dulzura. Réprobo
¡Gracias! Ahora tengo una sobredosis de energía positiva por tus palabras. Un abrazo.
EliminarDa pereza hasta ir a los bancos. Antes metías tus ahorritos y al menos sabías que te daban un interés que nunca fue mucho, pero al menos no te robaban como han hecho tiempo atrás en un "Sálvese quién pueda" y "Tonto el último" No les estaría mal empleado a los bancos perder cuentas, clientes y fiabilidad al igual que ellos han hecho perder a sus clientes: ahorros, trabajos y casas.
ResponderEliminarHablo en general, que los perjudicados siempre serán los mismos; los de abajo,los que nos ganamos el pan de cada día de forma honrada y sin engañar a nadie. Como tú, como yo y otros miles de personas que solo aspiran a llegar a un fin de mes y una jubilación digna. Los mangantes y calienta sillones son los que pierden credibilidad con cada trampa y añagaza que nos hacen.
Y encima, al menos yo, no encuentro esa cierta cordialidad, aunque fuera interesada, entre banco y usuario. Casi que prefiero al frío cajero automático.
¡En fin! Zarzamora. Como bien dices: "De esas arenas vienen estos lodos" pero que ahora no se quejen de que hay días que no entra ni el tato.
Yo te seguiré leyendo mientras pueda.
Un abrazo.
La idea es que los Bancos sean cada vez más un "autoservicio". Pero entonces debes dejar que el cliente decida él solito lo que quiera hacer y en qué quiere invertir. Si no quieres hacerle las transferencias ¿cómo pretendes que te haga un seguro o acepte las condiciones de un préstamo sin rechistar, simplemente porque tú se lo sugieres? De todos modos noto una cierta ira en tus palabras. En mi sucursal ningún cliente ha perdido ni ahorros ni trabajos ni casas por culpa nuestra. Habrá de todo. Un abrazo.
EliminarZarzamora yo también te leo. Soy una empleada de banco, y como asidua lectora tuya, me atrevería a decir que compartimos el mismo des-ilusionante ambiente laboral. Mi puesto es el de ventanilla, ahora llamado eufemísticamente puesto de atención al cliente, dónde tienes que servir tanto para un roto como para un descosido, tarea no reconocida ni agradecida ni tan siquiera por la jefatura de la oficina. Para mí el banco es una forma de ganarme la vida, para otros su familia y con derecho a herencia. Cómo bien dicen mis compañeros veteranos, el banco no es lo que era antes , ni para el empleado ni para el cliente. Ojalá algún día se implante para la banca y para otras empresas de obligada consumición un índice que mida el beneficio que éstas reportan a la sociedad y no solamente el rendimiento económico. Un abrazo estimada compañera.
ResponderEliminarNo sabes cómo me alegra saber que me lee una "bancaria", que no banquera, y que además tienes un puesto como el mío. Comparto tu opinión de que no valoran este puesto desde las jefaturas, comenzando por el director. Pero puedo decirte que, al menos en mi caso, me valoran los clientes y eso es lo que me da ánimos para el día a día. Aunque también los hay muy pesados. Hoy he padecido a algunos de estos, típicos del viernes a última hora. Espero que sigas compartiendo tus opiniones en este rinconcito. Un abrazo.
EliminarCuanta razón llevas. En todo. Desde la desilusión de no recibir muchas visitas, pasando por no decir ni "mu" sobre el blog a tus compis, hasta la incomodidad que despiertan esos bancos que te llaman para "engancharte" (así me siento). Los clientes queremos buena atención y sentir que no quieren nuestra sangre. Ánimo Zarzamora, de repente un día verás crecer los números de las visitas. Yo sí que hablo de tu blog a los amigos que trabajan en un banco. Abrazos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Realmente lo de las visitas es lo de menos. Los que os pasáis por aquí sois estupendos aunque no seáis avalancha. Con eso me basta. ¡Anda que como alguno de tus amigos bancarios sea compañero mío...! Que este mundo es un pañuelo. Ja, ja, ja. Un abrazo.
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