domingo, 21 de febrero de 2021

Confusión

 Tengo pocas ganas de escribir. Esa es la verdad. He decidido aprovechar este ratito "muerto" antes de salir a comer con unos amigos para contar mis últimas "vivencias" laborales. 

Este lunes se incorpora una nueva directora que sustituirá a Roque Ronco, que no era mala persona, pero con su vozarrón y su barba desaliñada asustaba a muchos de los clientes que, poco a poco, me van confesando cierta alegría por su marcha. 

La que también se alegra es la chica de la limpieza que ya no tiene que tirar docenas de botellas vacías de Coca Cola ni las colillas que Roque envolvía en tres o cuatro servilletas de papel en el baño, intentando disimular los cigarritos que se fumaba a escondidas asomando la cabeza por la ventana del patio interior.

El otro día le encargué que limpiara bien el despacho que ha dejado vacío Roque y que mañana ocupará su sucesora. Algunos cajones tienen material de papelería. Hay muchas carpetas que probablemente tiraremos. Vi un paquete que hace dos años le tocó en un "amigo invisible" que hacíamos en las comidas navideñas, cuando podíamos reunirnos libremente y desearnos felicidad con un par de besos. Aunque no echo de menos besar la barba descuidada de Roque. 

Yo había estado en el extranjero (vaya, otra actividad difícil de realizar hoy en día) y compré unos adornitos típicos navideños pensando en ese juego. Ahí estaban tras más de dos años, olvidados por mi ex-director, que lleva ya casi un mes en otro destino. Abrí el paquete y pensé que algo tan mono estaba destinado a volver a mí. Lo tengo en mi casa y lo colgaré en mi árbol en la próxima Navidad.

En este tiempo de espera hemos estado solas mi jefa directa, la exótica Blanca Estrella, y yo. Más o menos, hemos podido con todo. Yo tuve que estar en casa unos días porque había visitado a una tía que poco después fue ingresada por neumonía Covid en el hospital. De nada me sirvió estar sanísima y dar negativo en el test que me hizo mi empresa. Me mandaron con un portátil a casa. Me encontraba tan desesperada de acceder mal, tener problemas con las claves, no poder hacer bien algunas tareas por falta de medios... que me tomé dos días libres que tenía pendientes.

-No seas tonta Zarzamora -me decía la amable Blanca- ya te tomarás esos días después para irte por ahí con tu marido. Sigue trabajando lo que puedas.

-¿Y a dónde voy a ir? Deja, deja, me quedo en casa lunes y martes, de vacaciones, sin trabajar. Me levantaré tarde. Saldré con tranquilidad a pasear por el barrio y a tomar el sol. Y no estaré con el agobio de no poder hacer bien las tareas.

Me hicieron una nueva prueba de las del palito nasal, volvió a dar negativo y ya retomé mi rutina de salir diariamente a trabajar.

Poco después le tocó a Blanca estar preocupada. Esta situación agobia a todo el mundo, aunque ni Blanca ni yo somos especialmente obsesivas con el tema. Ella tenía mocos, tos, fiebre... lo dijo en el banco y... prueba para ella. Negativa también. Al no ser "contacto Covid" como yo, vuelta al trabajo a los tres días.

Así que... éramos solo dos y nos han tenido que mandar refuerzos cuando hemos estado solas. Y hemos sobrevivido. Al trabajo, a la enfermedad...

Mi tía, mayor, ya está en casa. Después de tres semanas en que casi perdió la noción del tiempo y fue encadenando nuevas infecciones, sin visitas ni entretenimientos, sin poder escuchar bien el teléfono... le dieron el alta. En dos días en casa ha revivido como una planta falta de agua cuando la riegan. Y es que la soledad afecta muchísimo. Y gracias a que hay capellanes que, bien equipados con todo tipo de mascarillas y trajes, visitan a los enfermos y les hacen compañía, aguantó un poco mejor. Las dolencias físicas se agravan mucho con las dolencias psíquicas. Esto sí es un cóctel letal que, por suerte, mi tía ha superado.


6 comentarios:

  1. Me alegro por los negativos y la recuperación de tu tía. Saludos, zarzamora.

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    1. Muchas gracias. La verdad es que soy afortunada en estos tiempos extraños que vivimos. Un abrazo y a seguir con optimismo.

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  2. Me alegro de que tu tía y tú estéis bien. Y creo que hiciste muy bien disfrutando cuando lo necesitabas de esos días de vacaciones; nuestra mente necesita ayuda cuando la necesita, y punto. Espero que todo marche mejor a partir de ahora, pero en cualquier caso, veo que tú te las arreglas bastante bien. A ser avanzando. Abrazos.

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    1. A ir avanzando, quería decir...

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    2. Unos días de ocio en casa son una maravilla. La verdad es que ahora no hay muchas más opciones. En fin, a esperar tiempos mejores. Un abrazo.

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  3. Dentro de lo que cabe, lo positivo que lo siga siendo y lo negativo con respecto al covid también.
    Me alegro por la recuperación de tu familiar. Y a seguir currando que es lo que nos toca y podemos seguir haciendo. Otros no tienen ya esa suerte.
    Un abrazo.

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