Compañera pija

Hace unos días vino una nueva compañera a la sucursal. Últimamente tenemos mucho trasiego de personal. Desde que se fue Glicinia, esta es la segunda "sustituta". Lo de sustituta es un decir. Como ha sido directora, aunque ahora ejerza otras labores por decisión personal, funciona aquello de que "quien tuvo, retuvo" y hay muchas cositas del día a día que, como no las hacía en su puesto de directora, tampoco las hace ahora. Habrá que ir acostumbrándola a un trabajo más "plebeyo".

Cuando llegó Maripi Jalón, enseguida la califiqué de pija. No me preguntéis por qué. Será cuestión de esa "inteligencia emocional" de la que, según dicen los expertos, hemos de fiarnos con más frecuencia. Yo no dije nada a nadie. Me quedé con mi juicio apresurado bien guardadito, que no es cuestión de etiquetar a nadie a la primera de cambio.
                          


Intento analizar los motivos que me llevaron a opinar así. Seguro que son una estupidez pero os los voy a detallar.

-Los nombres de sus hijos: Borja y Cayetana
-Sus bolsos de Loewe y su vestuario elegante y variado.
-Su maquillaje tono tierra tostada.  
-La altura de sus tacones finísimos.
-El ahuecamiento constante con la punta de los dedos de su melena teñida .
-Mencionó que todos los inviernos va la familia al completo a esquiar, y que tanto ella como su marido se escapan una semanita sin niños a otro destino, en plan novios. Ya sé que es una estupidez, pero siempre asocio esquí a pijerío.  
                     
-Sus hijos van a numerosas actividades extraescolares y le gustaría que aprendieran a montar a caballo porque, según ella, es muy beneficioso para mejoras posturales. ¡Y yo que pensaba que los que montaban mucho a caballo acababan con las piernas arqueadas! Puede que las  piernas se deformen algo al cabalgar, pero para la espalda es buenísimo. Lo dijo Maripi.

Aún no la conozco demasiado bien. He salido con ella un par de veces a tomar un café y es agradable, pero no acabamos de  sintonizar. Creo que ella no se interesa demasiado por lo que yo cuento, ni yo por lo que ella me dice.

El otro día, en ausencia de Maripi, mi jefa, Lupe, nos comentó a mi compañero Ángel y a mí.

-¡Pero qué pija es Maripi! Os habéis dado cuenta ¿no?

-¿Por qué lo dices? -pregunté aparentando inocencia.

-Zarzamora, tía ¿No te has fijado? Lleva bolsos de súper marca y su forma de hablar.

-Lupe, lo de los bolsos no lo digas precisamente tú, que bien que los compras caros. No haces más que enseñarme bolsos nuevos cada temporada.

-Lupe no es pija, es "fashion" -recalca Ángel con una sonrisita. Ángel, que tira siempre para su pueblo, y piensa que Zara y Mango son nombres de mascotas. 

-Sí, sí, Ángel. Tú sí que sabes. Yo soy fashion, ella, pija. -Lupe se ríe escandalosamente.

-Tú no entras en el grupo de pijas ni aunque te lo propongas -le dije yo- Que te sale el ramalazo a lo "Belén Esteban" de vez en cuando.

-Jo, Zarza, qué mala eres. Pero reconozco que a veces exploto y soy un poco basta. Y a mi hija la llevo a extraescolares de dibujo y no de "arte", como dice Maripi. -Lupe recalca la palabra arte con retintín- En algo se tiene que notar que la mía va a colegio público y los suyos a privado.

Ángel, muy calladito, decide intervenir.

-Algo te pareces a Maripi. Tú también le has puesto a tu niña un nombre de "pijolandia". Mira que llamarla Candela...

-¡No me compares Candela con Cayetana! -Lupe se defiende- Además, fue por mi suegra, que se llamaba Candelaria. Y no podía ponerle María o Ana, que se apellida Martín y con ese apellido las hay a patadas.

-Ya veo, ya -Ángel sonríe taimadamente- de Candelaria, Candela, de Valeriana, Valeria; de Hildegarda, Hilde; de Rigoberto, Berto. ¡Pero cuantos nombres modernos tienen los viejos de mi pueblo!

Lupe sigue a lo suyo.

-Que sí, que Maripi es pija, pija. Oye, que me cae muy bien, pero tanto esquí, tanta ropita de boutique para los niños,el barrio en el que vive... Seguro que tiene un chalet, que el otro día dijo "cuando subía a ver a los niños" Si subió es porque hay dos plantas. Evidente. Pero vamos, que sí, que es muy maja y muy pija. Zarzamora, ni a ti ni a mí nos confundirían con pijas. ¡Y a éste! -dice señalando a Ángel- Pero mira los trajes que me trae y sus corbatas arrugadas. Y esos zapatos enormes.

-Oye, oye, sin agredir, que los zapatos son por los juanetes -contesta el aludido sin inmutarse gran cosa.

Por motivos similares, el diagnóstico de mi jefa fue el mismo que yo mantenía en secreto para mí: Maripi Jalón es pija. Yo añadiría que tiene un toque de sinceridad, inocencia e ingenuidad que la hacen ser una "pija pata negra".