lunes, 3 de febrero de 2014

Hay otros mundos

Hay otros mundos...laborales. No me voy a poner a hablar ahora de mundos inexplorados en otras galaxias, no porque no sea interesante, sino porque se aparta demasiado de la línea de este blog.

                     

La semana pasada, en pleno fin de mes, mi director, Augusto, me comunicó que  tenía que ir a ayudar a otra sucursal al día siguiente. Nosotros no tenemos la plantilla muy boyante, la tenemos justita en días normales, así que un empleado menos a fin de mes (yo) se iba a notar bastante. Pero Augusto es muy bien mandado, cuando se lo ordenan los de arriba, no dice ni mu, no se queja, y traga con todo.

Y yo, tampoco dije nada ni me quejé, no porque sea bien mandada, que a veces me sale el ramalazo respondón, sino porque pensé que ese día en otra oficina probablemente fuera como irme a un balneario bancario.
                    
Allí les faltaban dos personas por bajas médicas y no las habían repuesto. Sí amigos, así funciona la Banca y, me temo, casi todas las empresas. La Seguridad Social es la que paga a la gente cuando está de baja y los compañeros "sanos" son los que suplen a esos colegas ausentes con un trabajo extra que, en la mayoría de los casos, ni siquiera es agradecido y, mucho menos, remunerado. Conclusión, la empresa, en este caso, la Banca, siempre gana. Se ahorra salarios y el trabajo sigue saliendo con menos empleados.

En esa sucursal "eventual" me recibieron amablemente; unas cuantas compañeras se presentaron, me dieron un par de besos y me colocaron en la ventanilla. 

-Mira, con que te encargues de la ventanilla, es suficiente. Bastante trabajo tendrás, que es fin de mes.

Yo allí no noté el fin de mes, la verdad. La gente entraba con cuenta-gotas y yo tenía muchos minutos libres entre un cliente y otro. Aproveché para limpiar y organizar un poco todos mis mensajes de correo electrónico (el bancario, por supuesto), arreglar unos asuntos de mis cuentas, porque yo también soy cliente, y leer un poco el periódico. 

Sí que es cierto que esas chicas amables que me recibieron y cuyos nombres susurrados rápidamente olvidé pronto, salieron a tomar el café por parejas y no me hicieron la más mínima invitación. Es lo que tiene estar medio encerrada en una zona de caja, solita. Como hacía mi trabajo con total autonomía y no daba problemas, creo que hasta se olvidaron de mi existencia.

Aproveché el ratito de descanso para visitar a un antiguo compañero en otra sucursal cercana. Tomamos algo y nos pusimos al día. Éste también se queja mucho de todo el lío que tiene. ¿Sería casualidad? Su oficina también parecían un balneario. Y era media mañana.

En fin, que me di cuenta de que en muchas oficinas se quejan de vicio, que están bastante tranquilos. Me pregunté si es que la mía tiene algún tipo de sustancia adictiva que me hace permanecer en ella. Quizá podría pedir  un traslado a otro lugar con un director más joven, más guapo, menos pesado que Augusto, y una jefa menos gritona.

-Pero has ido de visita, de "invitada", solamente un día- me dice mi vocecita interior- espera a estar bien asentada, te van a llover tareas por todas partes y empezarás a tener trabajo atrasado de forma constante. En todas partes pasa igual.

Ya  lo dice el refranero de diversas formas:

"Otro vendrá que bueno me hará"
"En todas partes cuecen habas"
"En tiempo de cambios no hagas mudanza"
"Más vale malo conocido que bueno por conocer"

En fin, que de momento sigo donde estoy. Ni siquiera sé si me concederían un traslado. Además,si fuera a una sucursal balneario, si no tuviera un Augusto y una Lupe cerca, pronto se me acabaría el material para este blog. Pero si piden voluntarios para ir a ayudar a otras oficinas, levanto la mano la primera.


10 comentarios:

  1. Ja,ja,ja,tu sinceridad ralla el suicidio....Como te lean Augusto y Lupe te pueden hacer la vida imposible.
    Creo que la autocrítica que haces de la banca comparándola con balnearios no es del todo desacertada,no es como antes,de hecho son menos los clientes que puedan hacer ingresos según está el país y eso supone menos trabajo para los sufridos empleados de banca.
    Que Dios nos pille confesados con tanta promesa incumplida por tanto caradura....Tu agárrate fuerte a la ventanilla que tanta satisfacciones nos ofrece con tus divertidas entradas.
    Gracias y un beso.

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    1. Bueno, bueno, si has entendido que comparo el trabajo de banca con un balneario es que me he explicado muy, pero que muy mal. Trabajamos, y mucho. Pero cuando vas a ayudar a otra oficina, te suelen poner en ventanilla que, en principio, parece lo más fácil, Y ahí sí que sucede que hay algunas oficinas, por el lugar en que están situadas, que no tienen tanto trasiego como otras. Por eso para mí son un descanso, porque además, al ir un solo día no tienes la implicación del empleado permanente.

      Y sigue habiendo muchos ingresos en efectivo... de la gente a la que previamente se le han devuelto los recibos en mi banco o en otros, por no tener suficiente dinero en cuenta.

      Me alegro que te parezca divertido lo que escribo. Hay que buscar lo positivo en el trabajo. Gracias por tu comentario.

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  2. Yo no quiero que te traslades que sino nos quedamos sin historias divertidas. Hasta le he puesto cara a Augusto y Lupe, con eso te lo digo todo jajaja.
    Besos!

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    1. Me encantaría que me dijerais cómo os los imagináis. Por razones obvias, prefiero no dar muchos detalles. Al igual que me sería difícil hacer una descripción física de algunas personas, en su caso creo que la haría muy bien. ¡De tanto verlos!
      Un abrazo.

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  3. Estos cambios a veces son una bendición, sobre todo para comparar.
    Besos

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    1. Pues sí. En Banca cada uno está en su "isla", en su mundo, y cuando cambias parece que es otra empresa, porque cada sucursal tiene sus peculiaridades. Siempre es bueno comparar.
      Un abrazo.

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  4. Zarzamorina, estoy francamente preocupado. D. Agusto no me saluda aunque pase a mi lado. Antes, se deshacía en efusiones de afecto. Lupe, para qué hablar, ni mirada y menos sonrisa, con lo guapina que era y hasta, a veces, generosa en su semblante. Todo por un mal Plan de Pensiones que retiré, porque no daban un duro y te cobraban por todo. Si es que no somos nadie .... Ven a este páramo para mejorar la imagen del diablo rojo.

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    1. Tengo que hablar de los planes de pensiones una semana de estas ¡Si es que no me da tiempo de contar todo lo que quiero! Ya veo que en todas las oficinas hay Lupes y Augustos.
      Besos.

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  5. Nunca imagina una "trastienda" tan interesante en el mundo bancario. Gran entrada. Abrazos.

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  6. Siempre hay trastiendas en todos los trabajos y hay que sacarles el punto de historieta. Un abrazo.

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