¿Qué significa realmente "eufemismo", esta palabra que oímos con mucha frecuencia? Según la RAE es la "expresión suave y decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante"
Cuando hay por medio reducciones de empleo, los consejeros delegados y directivos de todo tipo de empresas -esos que muchas veces tienen sueldos escandalosos por hacer mero acto de presencia en consejos de administración- abusan de los eufemismos. Retos de la era digital, simplificación de procesos, empleados especializados, renovación y modernización de sucursales. Todo eso para adornar algo tan simple como cierre de oficinas y recorte de trabajadores.
La semana pasada fue el Banco Santander el que sorprendió con este anuncio. Imagino que dentro de poco otros Bancos se subirán al mismo carro, porque lo que uno hace pronto lo copian los demás; es un sector con poca originalidad.
La Banca pretende rejuvenecer su plantilla con nuevos empleados baratos y fácilmente explotables. Se acabó lo de comenzar y finalizar tu vida laboral en una misma empresa que saque partido de la experiencia y fidelidad de los trabajadores. Los empleados rotan, o bien porque son despedidos o porque tanta presión les anima a buscar otros horizontes con una esperanza -a veces vana- de tener algo de vida familiar y no dejarse el alma en una empresa normalmente desagradecida.
En mi zona de trabajo hay varios Bancos y lógicamente, nos conocemos y charlamos entre nosotros. Todos los que tenemos una cierta edad hemos conocido a compañeros que se fueron de la Banca hace años con unas condiciones muy, muy buenas. Con cincuenta años irse a casa cobrando casi lo mismo que en activo, era un gran chollo. Aún así algunos se quejaban y decían que necesitaban buscar otro empleo para complementar ingresos, que tenían hijos estudiando y que no se veían en casa todo el día.
¡Se quejaban delante de mí, que pagaba alquiler, mensualidades a la cooperativa que construiría la que ahora es mi casa y guardería -mucho más cara que cualquier estudio universitario-! En fin, eran hombres antiguos, sin más horizonte que el trabajo, sin aficiones, eran una molestia para sus mujeres, que se alteraban viéndoles en casa, mustios, sin hacer nada.
Dudo que las ofertas actuales para abandonar la Banca sean tan buenas como las de hace años, pero con seguridad son mucho mejores que las condiciones que tendrán los nuevos empleados de este sector: jóvenes, sobradamente preparados, conocedores de idiomas, de nuevas tecnologías y contentos de trabajar en un Banco o en cualquiera de los numerosos satélites de subcontratas en que se están convirtiendo, por un sueldo mucho más bajo del que tenemos los actuales empleados.
En todas las grandes empresas siempre hay una cúpula, muchas veces un tanto ociosa, a la que nunca le afectan los ERES, la reducción de oficinas, los ajustes exigidos a los que nos situamos en la base de la pirámide del empleo. Ellos, por encima del bien y del mal, se otorgan subidas, bonus, premios, viajes pagados. Porque ellos sí lo valen. Porque es muy duro y se necesita mucha sabiduría para dirigir una gran empresa como es debido. Porque los beneficios siempre han de ir a más.
Y cuando no crecen como a ellos les gustaría, la culpa siempre es de la situación macroeconómica, de la crisis global, de la competencia en países emergentes, de la inestabilidad política, de los tipos bajos... y siempre lo solucionan igual: machacando a los empleados. Nunca, nunca hay el más mínimo análisis de cómo, siendo tan listos y cobrando tanto, no han sido capaces de prever lo que se les avecinaba. ¿De verdad son entonces merecedores de tan escandalosas remuneraciones?
Ole ahí, eufemismo... Un gran entrada para llamarles "impresentables", pero empezando por C. ;D
ResponderEliminarSí, parece que ahora le toca apretarse el cinturón a la Banca, a los empleados de Banca. A ver en qué acaba todo. Un abrazo.
EliminarEn este país sobran los eufemismos para llamar ladrones, farsantes y mentirosos a los que ostentan pomposamente las prebendas inmerecidas y escatimadas al común de los mortales.
ResponderEliminarSaludos.
Si, cada vez hay menos ricos mucho, mucho más ricos que el resto. Habría que ver sí son merecedores de sueldos tan elevados. Un abrazo.
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