Yo, por mi trabajo en la ventanilla, me libro de las reuniones diarias que tienen lugar en mi pequeña sucursal. Ahora tengo a un compañero de vacaciones y, de los cuatro trabajadores, tres (los que "tienen firma", o poderes) se reúnen a diario, desde las 8 de la mañana hasta....vete tú a saber. Como pronto salen a las 9:30, pero a veces han batido record dejándome sola hasta las 10:15 de la mañana.
En esas reuniones creo que a veces hablan de calidad, porque la miden mediante encuestas a la clientela. Mientras hablan de tan importante tema, un 1 de octubre, como ayer, la gente entra y entra (es lo que tienen los primeros de mes, la gente cobra y va al Banco) y la única persona que les puede atender soy yo. Si hubiera más gente fuera, la atención sería mejor y la calidad (de la que discuten sesudamente dentro) mejoraría. Porque transferencias, ingresos de cheques o incidencias con recibos, lo puede atender cualquiera. Si hubiera más gente fuera, se cogería el teléfono, que truena y truena sin que los de dentro hagan caso. Yo tampoco hago caso, que bastante tengo con atender mi cola y no equivocarme al contar el dinero. En las mediciones de calidad, penalizan si el teléfono se coge tarde o no se coge.
En esas reuniones a veces hablan de cómo captar clientes. Mientras tanto, gente interesada en abrir cuenta, que tiene la costumbre de ir pronto al Banco (que para eso abrimos a las 8:30), se cansa de esperar a que salgan los "reunidos" y se va a otro Banco. Clientes de toda la vida deseosos de hacer una inversión o con necesidad de asesoramiento, entran y, conocedores de la situación, me preguntan: "¿Tienen para mucho?". Les digo: "Pues no sé, llame a la puerta (porque es que se cierran a cal y canto), yo es que no puedo abandonar la ventanilla". A veces llaman, a veces no; a veces esperan, a veces se cansan y se van. Pero la imagen de una sucursal vacía de empleados un primero de mes es lamentable.
Pero si en la sucursal vacía, con una cola considerable y silenciosa, lo único que se oye tras la puerta cerrada de "los reunidos" son voces y gritos...entonces la imagen, la calidad, el prestigio, quedan bajo cero.
¿Y porqué tanta necesidad de reuniones?
-Porque lo mandan las altas esferas. Lo cierto es que hay sucursales en que las hacen más rápidas o se las saltan a la torera. Y no pasa nada.
-Porque a veces, el director, para satisfacer su ego, necesita reunir a sus "vasallos" para sentir que "hace algo". Porque sabe hacer tan pocas cosas...
-Porque una reunión es la forma perfecta de no enterarse de lo que pasa fuera. Al igual que los políticos no van a un mercado ni usan el metro, algunos directores no salen fuera de su despacho más que para ir a desayunar.
¡Finalmente acaba la reunión a las 10! Un compañero se va a tomar café. La otra sale a hacer una visita. Intenta conseguir en la calle los clientes que no ha captado por estar reunida y que han pasado (y se han ido) delante de sus narices. El director tiene que ultimar unas estadísticas y decir a sus jefazos cómo vamos a mejorar la famosa calidad este trimestre. Para ello necesita toda la concentración del mundo. ¡Pero si nuevamente me quedo sola! Con suerte a las 10:45 tendré un poco de compañía.
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