La semana laboral ha sido dura. Fin de mes, compañeros de vacaciones y muchas prisas de clientes que quieren dejar sus asuntos financieros zanjados antes de su veraneo. El viernes llegué a casa molida, me eché una siesta de dos horas y, por la noche, tenía el mismo sueño de siempre. Dormí y dormí.
Pero hay que aprovechar el fin de semana y no regodearse en el cansancio. Ayer me fui al cine con mi hija. La película elegida: "El secreto de Adaline". Lo poco que sabía de ella era que trataba de una joven que permanecía siempre con el aspecto de 29 años. ¡El sueño de cualquier mujer! Sobre todo de las que, como yo, empiezan a entender en carne propia en qué consiste eso de la fuerza de la gravedad y cómo todo tiende a caer.
Llegamos al cine y sugerí comprar unas palomitas. Total, son ligeras y no creo que engorden mucho. Se apagaron las luces y mi mano entraba y salía de la bolsa de palomitas con bastante frecuencia. Pensaba que mi hija, con la que compartía bolsa, se iba a quedar sin ninguna. Pero mi adicción palomitera me impedía parar y ser generosa.
En la pantalla aparecía Adaline, guapísima. La actriz que la encarna se llama en la realidad Blake Lively. Sale en la serie Gossip Girl, que gusta a todas las jovencitas, y a veces la he visto por la revista Cuore, que curioseamos de vez en cuando mi hija y yo. En fin, que yo sabía quien era la actriz, aún no siendo nada cinéfila.
Adaline, de San Francisco, nacida a principios del siglo XX, viuda joven, sufre un accidente de coche en unas condiciones meteorológicas tan especiales, que en su cuerpo se producen una serie de reacciones que harán que, biológicamente, siempre tenga los 29 años de aquel momento. Ella sobrevive a ese tremendo accidente, pero no es consciente de ese "don". Hasta que su hija crece y las amigas empiezan a decirle que parecen hermanas. Me encantó esa escena de "envidia cochina" entre mujeres de la misma edad, cuando una ve cómo el tiempo ha tratado mucho mejor a la amiga y resulta más patente aún el envejecimiento y arrugas de la primera.
Hay quien quiere investigar lo que le pasa y Adaline se siente en peligro. Decide cambiar de identidad cada diez años y no echar raíces. Se convierte en "nómada". Sigue en contacto con su hija y su mejor y única amiga es ciega. En casa, su compañía es un perrito. La película nos muestra el momento actual: trabaja en los archivos municipales y pronto va a mudarse con otra identidad a otro lugar. Ya no volverá a ser Jenny, como se hace llamar ahora.
En una fiesta de Nochevieja, donde toca el piano su amiga ciega, conoce a Ellis, y ese hombre le hará replantearse su forma de vivir. No sé qué actor encarna a Ellis, pero hubiera estado más mono con menos barba. Para mi gusto, la tenía un poco descuidada. Harrison Ford da vida al padre de Ellis y es un viejo elegante, con sus gafitas redondas y su barba y pelo blancos.
Hay ciertas imágenes del pasado de Adaline que nos dan pistas sobre su presente y nos hacen intuir por donde se va a desarrollar la película. Aunque hubo algunos momentos en que ni mi hija ni yo lo tuvimos muy claro. Adaline, por casualidad, se reencuentra con alguien de su pasado. Y es que, a lo tonto, lleva viviendo 112 años con ese físico tan estupendo. ¡Menos mal que su hija -mucho más avejentada que ella- siempre le da buenos consejos y la anima a no ser una ermitaña!
No voy a contar más para no quitar la gracia a la película. Dura una hora y cuarenta y cinco minutos y es una película ligerita, de las que te dejan contenta de haber ido al cine.
Mientras sonaba la música de los créditos, mi hija me entregó los restos de las palomitas.
-Perdona, mamá, creo que me las he comido yo todas.
-¡Pero qué dices! Si yo no he parado de comer y pensaba que era una mala madre por acaparar tanto. ¡Esto es como el milagro evangélico de los panes y los peces en versión maíz!
Mi hija continúa mirando los restos de la bolsa incrédula.
-Pues yo he comido muchísimas...
Hola Zarzamora.
ResponderEliminarAyer me propusieron un pequeño reto y yo te he elegido a ti para que lo sigas. ¡Hala ya te he pringado!
Es un pequeño entretenimiento sencillo de realizar y así de paso practicas un poco con la escritura a mano.
Pasaté por el blog y verás de que se trata.
Un beso y ya te comentaré esta entrada que ahora voy con prisa.....¡Zummmmmm!
Buena reseña de una película que parece entretenida. El misterio de la fuente de la eterna juventud. Sinceramente no envejecer nunca no me hace ninguna ilusión. Eso de ver como tu gente querida van cayendo como hojas secas a tu alrededor...Ir al cine con una señora mayor que resulta que es tu hija. ¡Pufff!
ResponderEliminary cuidadín con las palomitas! no por el maíz en sí, sino por la sal.
Besos
A la espera de tu Tag.
Hace nada que la he visto, y la disfruté mucho. Yo también devoré mi caja de palomitas, como si no hubiera un mañana, sobre todo cuando salía en escena el galán que la enamora, no por ser un bellezón, sino por esa forma de mirarla tan increíble. Creo que es una buena película, bien hecha, con buen gusto y muy bien interpretada. La próxima vez me voy contigo al cine, que se te multiplican las palomitas; las mías desaparecieron en un pispás. Abrazos.
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