Son las palabras de moda, que están comiendo terreno a las frases, ya con cierto olor a rancio, que estaban en los primeros puestos de las listas de "novedades léxicas". A saber: "Con la que está cayendo". "Esto es lo que hay". "No podía ser de otra manera". Con estas y otras frasecitas nos acribillan los periodistas, los contertulios de radio y televisión, que saben de todo y tienen nuna envidiable verborrea, los políticos, que utilizan siempre treinta palabras en lugar de cinco para no decir nada y, para no ser menos, cualquier directivo bancario de medio pelo o de las más altas esferas. Que en esto no se distinguen mucho.
¡Qué chulo es adornar discursos vacíos con palabras de moda y apuntarse al carro de lo que se lleva!. Porque en el léxico también hay modas. ¿Os acordáis del famoso "un poquito de por favor", repetido hasta la nausea, o del "sí o sí" con el que concluyen los jefes tras impartir sus perentorias instrucciones?
Los comunicados bancarios resultan ser un cóctel en que se mezcla un poquito de léxico inglés de corte pseudo empresarial y una buena dosis de frases largas con escaso contenido, muchas veces ininteligibles, que ayudan a rellenar huecos. Todo esto, sazonado con unas cuantas palabras de moda, "pone en valor" el discurso anodino de directivos o consejeros que intentan justificar sus sueldos desorbitados inundándonos de ponencias, entrevistas para su mayor gloria, objetivos, artículos de carácter social...
Transcribo algunas frasecitas. Quizá, aunque soy tremendamente lectora, no estoy preparada intelectualmente para captar tanta sabiduría de mis superiores.
"Los principales proveedores de nuevas referencias (????) son los clientes actuales, que claramente lo recomiendan (al Banco) entre sus familiares o amigos"
¡Menos mal que leí la frase completa y comprendí que, en este caso, la referencia significaba cliente! Pero es que esto seguro que la ha escrito alguien que tiene dos "masters" y ha trabajado en el extranjero y, claro, se lía con el idioma.
"Para el año 2014 nos hemos marcado objetivos muy ambiciosos que nos han de servir de catalizador para el logro de las cifras de beneficios marcadas"
La palabra ambición, por supuesto, nunca falta en ninguno de estos discursos panfletarios. Lo de catalizador, no acabo de verlo. Aparte del significado en el ámbito químico, se puede llamar catalizador a la persona o cosa que, con su presencia, es capaz de hacer reaccionar un conjunto de factores. Pero los objetivos que, por definición, son algo aún inexistente, que se puede o no se puede conseguir, no los veo yo como catalizadores de nada. Pero qué bien queda la palabra ahí en medio de esa frase. Al final lo que quieren decir es que el Banco quiere ganar más que el año pasado. Pero el catalizador queda tan elegante...
"Nos centramos en un proceso de transformación que pone el foco en la figura del cliente" El que escribió esto todavía no sabía que "poner en valor" iba a ser tan popular como "poner el foco", porque si no, posiblemente hubiera dicho que iban a "poner en valor " al cliente. ¡Con lo sencillo que sería decir: "vamos a centrarnos en el cliente" o "vamos a valorar al cliente". En mi Banco me parece a mí que economía de palabras no hay mucha.
Y el colmo es cuando alguno de estos "literatos", posiblemente después de haberse tomado el sexto café porque si no "no es persona" (otro topicazo para la colección) o tras haber ingerido un "Red Bull" para aguantar su "maratoniana jornada laboral", se despacha con un símil pugilístico y nos habla de la "potencia de pegada del Banco". Se refería a temas publicitarios y de impacto en los medios. Me parece una expresión burda y carente de elegancia, impropia de un importante directivo.
En el Banco nunca dirán que hay aspectos laborales que fallan. Lo suavizan escribiendo: "Tenemos margen de mejora en cuestiones como equilibrio entre la vida personal y laboral". Sería mucho más claro que dijeran: "Queremos que todos los empleados salgan a su hora para estar con sus familias". No lo dicen porque están encantados de tener a pelotas como mi director, Augusto, calentando el asiento incluso los viernes por la tarde.
Con lo clara que es la palabra "encuesta", un consejero delegado la envuelve en papel de regalo, le pone un lazo y la convierte en "proceso de escucha". Un tres por uno como los del supermercado.
Mi Banco parece que quiere simplificar nuestro trabajo, aunque verbalmente lo dice de forma enrevesada: "Se han lanzado varios proyectos para identificar, simplificar y gestionar los procesos críticos con visión cliente". Han pasado meses y estoy en un sin vivir porque nadie me ha aclarado qué procesos críticos son esos. Aunque me dejó un poco más tranquila saber que esos "principios básicos de mejora (que sigo sin saber cuáles son) son una palanca clave para una mayor competitividad" En el próximo discurso la "palanca clave" quizá se convierta en piedra angular.
Y como colofón os dejo una cuantas palabras entresacadas de diversos textos bancarios y que me dañan la vista. El oído no, porque las leo mentalmente. Pero cualquier día me pondré a repetirlas como si fueran un mantra relajante. Quizá recitadas en voz alta ayuden a los insomnes. Entre todas hay dos que aparecen en el diccionario de la Real Academia. A ver si adivináis cuales son.
Ranquinear
Dudosidad
Facilitación
Zonificación
Cancelabilidad
Tangibilizar
Gamificación
Prestamización
Tendré que mirar en el diccionario tan catártica lista (Cancelabilidad y tangibilizar me suenan) me quedo en "Un compás de espera" para poder "discrepar cualificativamente contigo" y poder dirimir el razonamiento lógico de tan disquisitivas mentes racionales, que sintetizan de forma sistemática y sin parangón el vocabulario inherente de nuestra lengua versátil.
ResponderEliminarUn beso.
Un beso.
Tú sigue así, que tienes madera para fabricar discursos políticos o económicos. Ja,ja,ja. Muy buena tu macedonia de palabras.
ResponderEliminarSaludos.
Genial, simplemente genial, Zarzamora. Me he reído, me he cabreado, me he desesperado ante tanta estupidez, que yo creía relacionada solo con la tele y los snobs de medio pelo. Pero, no, veo que va más allá y arrasa en otras profesiones; pues estamos apañados. En fin, que no se puede explicar mejor la enfermedad lingüística que padecemos: una auténtica epidemia. Abrazos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Así dejo de pensar que soy un "bicho raro". Un abrazo.
EliminarLo único que parece requerirse hoy en día para ostentar un cargo directivo (de cualquiera de los muchos niveles que existen) es ser capaz de hilar con cierta maestría el puñado de expresiones estúpidas que forman parte de la jerga de ese selecto grupo de profesionales.
ResponderEliminarNo sé para qué piden acreditar titulaciones universitarias o de posgrado, si conocimientos, lo que se dice conocimientos, no son necesarios para llevar a cabo las tareas requeridas en esos cargos.
Habitualmente basta, además de dominar la jerga, con ser capaces de "presionar" a los proveedores, "perseguir" los distintos temas y conseguir la "implicación" y "compromiso" de los trabajadores con las "metas y filosofía de la compañía" para que se produzca un crecimiento "cualitativo" (o "cuantitativo" que, como no suelen saber lo que dicen, usan ambas palabras de modo intercambiable) en la calidad de la producción. Lo que no saben es qué se produce, pero eso da igual, ellos son gestores. No saben lo que gestionan, pero no necesitan saberlo. Son capaces de gestionar la fabricación de un satélite espacial tan bien como un hospital. ¡Menudos son ellos! En los MBA les dotan de cualidades que garantizan el éxito de cualquier cosa que emprendan.
¡Cómo me gustan siempre todos tus comentarios sobre la estupidez "gerencial". ¡Ah, si se trabajara más y se hicieran menos discursos! Un saludo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVamos Zarzamora. Ponte las pilas con algún comentario de los tuyos que vas con retraso.
ResponderEliminarPara incentivarte te dejo en mi blog una mención que nos concedemos los pequeños blogs como los nuestros para reconocer la labor realizada en ellos.
Espero pases a recogerlo, lo cuelgues en tu página y respondas a esas preguntas que esperaré a leer en cuanto las tengas listas.
Un abrazo y felicidades.