Fui al rastrillo parroquial el mismo día de mi
aniversario de bodas. Llovía a ratos y yo, guarecida bajo la carpa de los
libros, rebuscaba en las cajas mientras los encargados de esa sección alejaban los libros de las gotas gordas que se
colaban por los laterales y cubrían cómo podían las mesas con plásticos.
La lluvia duró poco, mucho menos que mi husmear entre libros
y libros. Tenía presente el encargo de mi tía octogenaria, pero muy activa y
bien conservada (allí estaba ella vendiendo en otro puesto artículos
artesanales : cojines, bolsas, manteles, jersecitos y patucos de bebé):“Zarzamora,
elígeme libros que me gusten, que siempre me los encuentras muy interesantes”,
me había dicho.
De la caja etiquetada como “Novela romántica” elegí para mi tía algunos, guiada por los
comentarios de la contraportada. Una vez leídos, me los pasará a mí. Y
de la sección “clásicos” extraje al azar uno titulado “El mismo mar de todos
los veranos”. En la primera página, amarillenta ya por el paso de los años, alguien llamado José Gómez había escrito una
poesía y una dedicatoria:
“Tomé al azar una flor
/de un inmenso campo florido/y sentí mi corazón herido/por la pasión del amor.”
A mi esposa en nuestro
treinta aniversario. Hospital de los Arcos. Santiago de la Ribera, (25-07-1991)
¡Oh, qué gran cúmulo de casualidades! De muy pequeña veraneaba en Santiago de la
Ribera; ese día de rastrillo era mi aniversario; me casé en 1991 y, desde ese año, podría decir que voy al “mismo mar todos los veranos”. Si, me enamoré de
mi marido y del mar. Ese mar Cantábrico de
aguas frías y playas inmensas, en el que te metes de puntillas, encogiendo la
tripa, poco a poco, con la piel erizada de frío, hasta que una ola te moja
entera y ya no hay más remedio que rendirte al mar y moverte para entrar en calor. Luego da pereza salir, arropada por esa
colcha fría y vital, de color verdoso.
Pensé que ese libro estaba
destinado para mí, en ese día, que todo era una graciosa pirueta del destino, una mezcla de casualidades. La mujer que me cobró el euro que costaba, me
dijo:
-Qué buena elección,
una escritora estupenda, las primeras páginas son una maravilla…
Ya en casa pensé que era una pena que un libro regalado con
motivo de un aniversario de bodas hubiera quedado olvidado en un mercadillo.
¿Habrían muerto ya José Gómez y su esposa? ¿Habrán llegado a celebrar sus bodas de oro?
¿Acaso los hijos estarían vaciando la casa familiar y por eso el libro acabó
donde acabó? Pensaba que, si tuviera tiempo y la suficiente imaginación, podría
escribir una historia sobre todo esto: amor, libros, vejez, abandono… Un libro
para contar la historia de otro libro, una novela de amor y casualidades, de presente
y pasado.
El ramalazo romántico acabó prontísimo. El libro me ha parecido de muy, muy difícil
digestión. No sé qué me pasa últimamente que solo leo novelas que me aburren: libros de autores noveles a los que les faltan
varios hervores, o rollos de autores consagrados de los que nadie dirá que son intragables
porque parece que queda mal decir que no te gusta algo de un escritor
emblemático.
Esther Tusquets escribió este libro en 1978, en plena
transición y, parece ser que es una de las primeras novelas españolas que trata abiertamente el tema del lesbianismo. Debo decir que cuando lo trata lo
hace con elegancia, muy metafóricamente, muy poéticamente y no resulta de mal
gusto. Quizá el ser una novela “rompedora”
en su tiempo le ha hecho ser inmune a las críticas negativas. Como en el cuento
de “El traje nuevo del emperador”, en que nadie se atreve a decir que va desnudo.
A su favor he de decir que está muy bien escrito, con un
extenso vocabulario que ya quisieran los autores actuales, con multitud de
menciones a cuentos infantiles -quizá si yo recordara todos, habría entendido
mejor el libro, pero los tengo muy olvidados- y con referencias mitológicas,
básicamente al Minotauro, Teseo y Ariadna. Entré en Internet para aclararme con
la historia de Teseo, porque de mitología ando floja. Teseo abandona a Ariadna
en una isla, después de que ésta, enamorada de él hasta las trancas, le ayudara
a vencer al Minotauro.
El libro no me ha gustado porque no tiene puntos y aparte.
Se suceden hasta nueve páginas sin un
solo descanso para la vista, sin la alegría de alguna línea en blanco que nos
relaje, que haga que no nos abrume la lectura. La protagonista me ha caído mal
desde el principio. Desde ese comienzo supuestamente genial que me auguró la
mujer del mercadillo. Todo son divagaciones sobre su infancia, sus padres, sus
tormentos interiores, la tristeza de una pobre niña rica. La
protagonista lo escribe en primera persona. No dice su nombre, ni su edad; yo la veo
cercana a los cincuenta. No encaja con su madre, ni con su hija, ni con su
marido, que parece que es un poco ligero de cascos y de todos hace retratos bastante negativos.
Pero todo esto que yo cuento así, en tres líneas, en el
libro es largo, reiterativo, con frases tan, tan extensas, que me hacían perder el hilo argumental. Hay montones de paréntesis , de guiones -pretendiendo aclarar o ampliar las cosas,
como este que pongo aquí-, comillas. No hay nada de diálogo. A veces me ha
costado entender las metáforas.
Y ahora, no sigáis, si es que pensáis leer este libro,
porque os voy a destripar la historia.
La protagonista parece que es profesora de algo en la universidad
y se lía con una alumna muy jovencita, Clara. Se van juntas a una casa junto al
mar y allí viven unas semanas de amor. Pero aparece el marido y la protagonista,
aunque lo detesta, vuelve con él. Pero
Clara ha madurado, en la despedida definitiva no hay lloros por su parte, ni
súplicas, simplemente le dice al oído a la protagonista innombrada: “Y Wendy creció”,
en un guiño más a toda la literatura infantil que la autora menciona en el
libro.
La protagonista es una mujer de mediana edad en permanente
crisis, en permanente análisis de su “yo”. Rastrea sus frustaciones en un pasado infantil, culpa a otros de sus
desquiciamientos adultos, se deja llevar, sin tener nada claro en su vida. Eso
sí, con sus necesidades materiales y dinerarias suficientemente cubiertas. Me cansan
estos personajes que se autocompadecen constantemente.
Yo solo recomendaría este libro a filólogos o a profesores
de literatura que quieran hacer trabajar a sus alumnos, porque se presta a
muchos análisis:
-Presencia de la mitología en el libro.
-Análisis de los cuentos infantiles y su relación con la
vida de la protagonista.
-Influencia del paisaje en los estados anímicos.
-La familia: amor y rechazo
-¿Lesbiana, bisexual o heterosexual?
-Peculiaridades en la puntuación. Vocabulario y metáforas.
-Problemática psiquiátrica y psicológica de la protagonista.
-Profesora y alumna ¿Relación de dominación o de amor?
Qué pena! Es una historia preciosa (la de la dedicatoria) que habría sido perfecta y además te hubiera gustado el libro. Es muy frustrante porque con ese cúmulo de casualidades te habrías hecho muchas ilusiones respecto a la novela, y cuando eso pasa, si luego no te gusta, el "golpe" es peor.
ResponderEliminarPor supuesto que no leería el libro ni loca después de ver tu reseña. Muchas veces en la sencillez esta lo bonito y atrayente de las cosas, incluidos los libros.
Besos!
Entregaré el libro nuevamente para su re-venta. Quizá ponga otra dedicatoria. Un abrazo.
EliminarSi no te gusto deja la dedicatoria tal cual. A mi me encanta la forma de escribir .los juegos de palabras.las metaforas.la sencillez me aburre. Como tu dices los best sellers son para el metro .Este libro es para leerlo en un sillon con cafe y manta y en invierno
EliminarNo, no agregué nada más. Pero regalé nuevamente el libro. Ojalá el libro ido a alguien como tú que lo disfrute con él. Afortunadamente los gustos son variados. Gracias por tu comentario.
Eliminar"Me cansan estos personajes que se autocompadecen constantemente". Cuánta razón tienes ... El personaje de la novela es reflejo de su autora y de su entorno social (intelectuales provinientes de familias franquistas barcelonesas que acabaron en la Gauche Divine). A parte de ello, muchas felicidades por tu blog, que he encontrado de casualidad. Un saludo desde la Barcelona insurrecta.
ResponderEliminarPerdona por el retraso en la respuesta. Pensaba que era yo la especial por no encontrarle el punto a este libro. Mis deseos de que os vaya bien a todos los catalanes. Que salga algo bueno en las próximas elecciones. No abandoneis al resto de España. Todos nos necesitamos. Un abrazo.
EliminarEste libro es una auténtica maravilla
ResponderEliminarDescubrí a Esther Tisqiets en eSte si primer libro. Fue una revelación especial. Ella lo es: sus obras se mezclan con mis sueños, una y otra vez. Imprescindible. Y recomendable. Siempre.
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