Si por casualidad llega a este blog algún estudiante en busca de "inspiración", le cedo los "derechos" pero, por favor, cambia un poco la redacción, que los profes son muy listos y... escribe un comentario más abajo.
SAN MANUEL BUENO,
MÁRTIR
AUTOR:
Miguel de Unamuno. Nació en 1864 en Bilbao. Su
padre, emigrado a Méjico de joven, regresó a España, se casó con una sobrina y
tuvo 6 hijos. Murió cuando Miguel tenía 6 años. Se cría en un ambiente
“matriarcal”. Estudia en escuelas laicas. En 1891 se casa y se traslada a
Salamanca, dónde ocupa una cátedra de griego ganada por oposición. Allí nacerán
sus ocho hijos y vivirá hasta su muerte. Por tres veces fue elegido rector de
la Universidad y las tres veces fue
destituido por su independencia de criterio y sus críticas a lo que consideraba
criticable, sin importarle que pudieran sentirse ofendidos los mismos que le
habían nombrado.
En 1934 murió su mujer, a la que llamaba “su costumbre”. Fue
el apoyo emocional de un hombre con muchas dudas existenciales, y crisis
psicológicas. En diciembre de 1936, pocos meses después del comienzo de la
guerra civil española, murió Unamuno, un escritor íntegro e independiente.
ARGUMENTO:
Ángela Carballino recuerda hechos de la
vida del párroco de su pueblo, Valverde de Lucerna, que ha muerto en olor de
santidad. Ella es huérfana de padre y tiene un hermano mayor que fue a “las
Américas” y volvió al pueblo cuando ella ya había cumplido los 25 años. Lázaro,
que así se llamaba el hermano, muy crítico con la religión, intimó mucho con
Don Manuel.
El párroco se mezclaba con el pueblo, les ayudaba en todo lo
que podía, arreglaba las desavenencias de la aldea… Todo el pueblo lo adoraba.
Pero tenía íntimas inquietudes de fe que tan solo Ángela y Lázaro acertaban a
vislumbrar.
Reseño lo que dice Ángela casi al final del libro y que creo
resume la situación vital de D. Manuel y de Lázaro: “Mi San Manuel y mi hermano
Lázaro se murieron creyendo no creer lo que más nos interesa, pero sin creer
creerlo, creyéndolo en la desolación activa y resignada.”
Parece un juego de palabras. Yo interpreto que ambos
pensaban que no tenían fe, al menos la fe tradicional. Pero con todas sus
dudas, ayudaban al prójimo activamente y en este pensar en los demás, radicaba
una nueva fe.
VALORACIÓN:
Es un relato muy cortito. En la edición
que yo tengo ocupan muchísimo más los comentarios sobre la obra y sobre el
escritor que la narración en sí. He leído un poco por encima los análisis
previos y me he saltado casi todas las anotaciones a pie de página, que lo
único que hacían era distraerme del hilo argumental. Entiendo que las obras
clásicas estén muy comentadas y más este librito, que parece que se considera
de lo mejor de Unamuno, pero yo prefiero leerlo sin pre-avisos y sacar mis
propias conclusiones, aunque no sean de tanta categoría intelectual.
San Manuel Bueno mártir se lee muy rápido, en unas pocas
horas y es básicamente, el relato de un hombre bueno, párroco de una pequeña
aldea, sin más aspiración que servir a sus vecinos e intentar que disfruten de
la vida. No les asusta con el fuego eterno (del que parece que duda) ni intenta
convertir a Lázaro, el hermano un poco descreído de Angelina. Acepta a todos, les ayuda y todos le quieren. En el pueblo tienen una fe
sencilla que les hace felices y a él ni se le ocurre sembrar en sus feligreses
ninguna de las dudas que le atormentan. Es amante de la naturaleza, y el lago y
la montaña de la aldea parecen también personajes de la novela.
Es un librito para disfrutar de la escritura de uno de los
grandes del pasado siglo. Narra con sencillez y eficacia, intercalando los diálogos muy
acertadamente y transmite una imagen muy vívida del mundo rural y de la belleza
de sus paisajes sin abusar nada de las descripciones. Transcurren varios años
en la novelita, pero el tiempo fluye pausadamente, sin que el lector apenas lo
note, sin saltos estridentes.
Me ha gustado leer algo “antiguo” y desconectar de libros
actuales, que quizá transmiten prisa y nerviosismo en muchas ocasiones. Es
además un libro para pensar y para valorar la bondad de mucha gente.
Este libro lo leí teniendo ventimuchos años. Las razones para leerlo resultan poco ortodoxas. No porque fuese un libro "de los que hay que leer" sino por quíen me lo había recomendado. Me gustó mcuho. Me temo que refleja un poco el caso de muchos de quienes nos hemos educado en un ambiente religioso y con el tiempo nos parece que toda esa estructura se resquebraja sin nosotros quererlo.
ResponderEliminarA mi me lo mandaron leer en clase de literatura en el instituto y pensé que iba a ser un rollo pero me equivoqué totalmente. Es un libro que me encantó y me marcó ya que jamás me he olvidado de él y de su "la religión es el opio del pueblo", es una historía fantástica y sobre todo da bastante que pensar. Muy recomendable. Gracias por traerlo Zarzamora.
ResponderEliminar¡Besos!
Yo creo que uno no se puede quedar solo con esa frase que, por cierto, no sé si la dice él o Lázaro. A Don Manuel le gustaría ser como todos esos feligreses sencillos, pero no puede y ahí radica su tormento.
EliminarGracias por los comentarios