lunes, 9 de abril de 2018

Vuelve mi joven lector

No creo que te acuerdes de mí, pero soy aquel joven de 22 años (hoy en día casi 25) que te escribió un comentario en un post allá por Abril de 2015. 

Esta noche he estado pensando detenidamente en cómo han sido para mi estos últimos años y lo mucho que han cambiado las cosas en mi vida en algunos aspectos, hasta que he llegado al episodio de mi primer trabajo y el miedo que tenía entonces...y me he acordado de lo mucho que me ayudó este blog en aquel tiempo...me dio mucha seguridad, ventajas y motivación al ver tus vivencias y opiniones de alguien tan parecido a mí en muchos aspectos.


Acabo de recibir este comentario en mi anterior entrada "Cobardes". Y me ha hecho la misma ilusión que ver de nuevo a un antiguo amigo, o volver a algún lugar en que fui especialmente feliz. Estas sorpresas que a veces depara escribir en un blog son las que dan sentido a todo esto. 

A veces pienso si tiene sentido dedicar tiempo a contar cosas al aire, esperando que haya lectores que las disfruten o se interesen por ellas. Como decía un aspirante a escritor: "No me preguntes por qué escribo, pregúntame si algún día podré dejar de hacerlo" Sin considerarme escritora, como mucho "articulista aficionada", necesito trasladar a palabras lo que llevo dentro en un afán de organizar mis ideas y quizá con cierta esperanza de permanencia. Internet me da la oportunidad de compartir mis inquietudes y eso me gusta.

Y si después de tres años vuelvo a recibir noticias del "joven estudiante de 22 años", que ya tiene casi 25, siento que todo esto vale la pena, que las tecnologías no nos aíslan tanto como pensamos, sino que son ocasión de nuevas relaciones, quizá meramente intelectuales y nunca físicas, pero igualmente válidas.

A veces hay puntos de inflexión -o de reflexión- en la vida. Cuestionas si estás haciendo lo que te gusta, si tu trabajo está de acuerdo con tu forma de ser y pensar. En nuestra sociedad es difícil encontrar un empleo. Conseguir uno en que te sientas plenamente satisfecho, al que desees llegar cada mañana, es una utopía. 



Cuando uno tiene una familia valora la seguridad, el horario, y muchos -como yo- en ningún momento nos hemos planteado un cambio. ¿A dónde? Si al fin y al cabo, trabajar en Banca es de lo menos malo, siempre que te libres de las presiones comerciales, que te aniquilan psicológicamente.


Yo, como cualquier asalariado, he tenido momentos en que se me hacía un mundo ir a trabajar. Otras etapas han sido más agradables. La solución no es tanto trabajar en lo que uno quiere -muchas veces una vana esperanza- sino intentar "querer" lo que uno hace. Buscar sus puntos positivos, reír con tanta gente buena que pasa por mi ventanilla, ignorar a los insolentes sin dejar que me contagien sus negatividades, no dejar que las peleas o malos rollos con los compañeros se enquisten, porque días torcidos los tenemos todos.

Somos tan solo cuatro empleados en mi oficina, y algún otro "empleado volante" que viene y va. Una "familia" laboral con sus alegrías y sus disgustos. Es mejor llevarse bien.

Uno de mis hijos tiene la edad del joven que me escribe y también está trabajando. Él, en temas completamente alejados de la Banca y de la empresa. Como él, está en una edad en que no sabe si quedarse anclado dónde está o buscar nuevos rumbos.

No hay nada perfecto. Empresas, familias, comunidades de propietarios, asociaciones, parroquias... Cuanto más conoces y más introducido estás en un grupo de gente, más percibes sus defectos, las cosas que habría que mejorar. Ningún grupo es perfecto. Pero hay que procurar que lo negativo no prevalezca o, al menos, tomarlo con humor.

No sé lo que te aconsejarán tus padres, joven amigo, pero yo, como madre, prefiero no decir mucho a mi hijo. A los padres nos consideráis viejos, antiguos, acomodaticios. Nada nuevo; yo también pensaba eso de los míos. La misión de los padres es dejar que sus hijos se equivoquen, o acierten, ellos solos, opinando de tarde en tarde.

No te arrepientas de todo lo que has escrito. A mí me ha encantado. Y si hubiera sido más largo, mejor. Todas esas vivencias de tu verano como becario me han recordado mis experiencias. Los errores, las alegrías, muchas veces son los mismos. Yo también me he equivocado pasando como ingreso una salida de dinero.

Afortunadamente, en banca todavía somos humanos. Por eso metemos la pata, como cualquier mortal. Y seguimos adelante, como muchos otros trabajadores que, aunque les cueste, madrugan cada día para, con su esfuerzo, conseguir que el mundo siga funcionando.

Un abrazo muy fuerte y que seas muy feliz en la vida. Ese es un premio mejor que cualquier salario.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena Zarzamora. Creo que este chico te ha dado un gran regalo, una recompensa, creo yo. Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Me cae simpático tu joven lector. Yo creo que ya se va dando cuenta de que el mundo laboral (como tantos otros) está lleno gente maja que procura hacer las cosas lo mejor que puede y gente que, sin ser necesariamente malvada, sufre lo indecible para progresar en un escalafón en el que cuanto más se sube, más escondido está el sentido de lo que se hace (si es que tiene alguno). Pero también se suele cobrar más, así que supongo que esa incertidumbre sobre sus tareas, quedará compensada con el gozo de los ingresos extra.
    Con su buena filosofía creo que no sufrirá demasiado en su trayectoria laboral porque la gente cordial y agradable siempre suele acabar rodeada de gente similar. Incluso los ariscos se vuelven más majetes al lado de gente así.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por este post Zarzamora :)
    Eres una persona con un gran corazón, tu familia y amigos tienen mucha suerte de tenerte.
    Y no creas que todos consideramos a los padres como viejos o anticuados, por ejemplo tu has demostrado tener una mentalidad mucho mas abierta, limpia y sensata que mucha gente de mi edad...
    Por cierto, se te da muy bien relatar, te animo a que algún día intentes escribir algún libro inspirado en tus vivencias...además ya tienes en tus manos el nombre de la protagonista, Zarzamora ;)
    Un fuerte abrazo, espero que la vida te de todo lo que te mereces =)

    ResponderEliminar
  4. Haaalaa Zarzamora, pero qué amores has creado por esos mundos intangibles. Pensaba que ya no ibas a escribir más por estos "territorios." Estoy seguro que has quedado muy reconfortada.

    ResponderEliminar