miércoles, 8 de enero de 2014

Afonía

He estado afónica durante unos cuantos días estas Navidades. Un domingo, mientras ultimaba algunas decoraciones navideñas en casa de mi madre, me fui quedando sin voz.

Al día siguiente estaba completamente muda y, en vez de ir al médico (que tampoco me hubiera solucionado mucho) me fui al trabajo pensando: "Eres tonta, retonta, seguro que el médico te hubiera dado una baja.Total ¿a ti qué más te da que haya tan pocos empleados  en la sucursal estos días? Los que queden, que aguanten. Y que espabile Augusto y salga de su despacho." 

Pero mi vocecita interior se fue apagando como mi voz exterior. Llegué, hice señas de que no podía hablar y puse un cartel en mi ventanilla: "No puedo hablar". Fue maravilloso. La gente se explicaba con claridad y concisión. Me decían lo que querían hacer, me iban dando todos los datos, me enseñaban el carnet sin pedírselo y si veían que sus asuntos precisaban de explicaciones verbales, iban directamente a algún  otro compañero.
                     
Era curioso porque los clientes me hablaban bajito o hacían gestos de mímica en un curioso efecto espejo. Lo mejor es que me libré de coger el teléfono. Yo estaba tranquila, sin que me  afectara su "ring ring" persistente. 

El día de Nochebuena el director quería invitarnos a los pocos que estábamos a algún picoteo en un bar cercano. Aunque hubiera estado con todas mis facultades vocales no me hubiera apetecido mucho. Habrá quien piense que soy mala compañera, pero es un día en que salimos del trabajo un poco antes y quería aprovecharlo para ir preparando la cena. Íbamos a juntarnos trece a cenar y eso requiere de cierta intendencia familiar.

Mi falta de voz, la lluvia y el frío fueron la excusa perfecta. Me vine rápidamente a mi casa y me libré, finalmente nos libramos todos, de tomar algo y continuar hablando de los consabidos temas bancarios.

En mi casa me dio igual estar muda. Debo decir que me encantó. Escuché sin poder meter baza en nada, participando como podía con algún gesto. Me resultó muy relajante escuchar solamente.

A los dos días tuve algunos momentos de "claustrofobia vocal". Me agobiaba intentar decir algo y que solo saliera de mi garganta un sonidito ahogado. Mis cuerdas vocales no vibraban, era como si me hubieran secuestrado el habla. Lo que al principio parecía divertido me agobió un poco y tuve que hacer esfuerzos por serenarme.

Afortunadamente, ya hablo bien y ahora estoy en la etapa de las toses. Esas toses que molestan al prójimo más que a uno mismo. 

Ha comenzado el nuevo año con toses, con bastante trabajo, con nuevos libros que leer y con nuevas ilusiones. Aún estoy esperando el regalo de mi bloguero invisible, que este año parece que se retrasa, y me he apuntado al sorteo del blog " Las Eternas Palabras" que todavía está abierto.  Pinchad abajo si queréis más información.               

  SORTEO


11 comentarios:

  1. Hola guapa! muchísimas gracias por ser mi amiga invisible jejeje, me ha encantado!!!!! pero mucho mucho!
    Y me alegro que la afonía ya se haya quitado, espero que las toses no tarden mucho en irse.
    Quiero seguir tu blog pero no veo el gadget, no sé si es por error de mi internet...
    Un beso!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!!!
      He visto lo que has puesto de los seguidores. Se puede poner en diseño, hay una opción que es de seguidores, se puede poner en un lateral, arriba o debajo del blog. Así te podemos "seguir" y estar al tanto de tus actualizaciones.
      Pues si, tu regalo me ha encantado, en serio!
      Un beso!

      Eliminar
    2. Creo que ya he colocado bien lo de seguidores. Era por diseño, como decías. Gracias. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Jo Zarzamora pues yo cuando me quedo afónica, que por suerte no es muy a menudo, me desespero un montón. No puedo soportar no hablar y falta que no pueda para que quiera contestar a todo y decir mil cosas, soy un caso. En cambio me alegro por ti y por tomártelo de manera positiva y verle el lado bueno.
    Besos y gracias por anunciar mi sorteo.
    Besos!

    ResponderEliminar
  3. Hola! He venido a conocerte después de ver el súper detallazo que has tenido con Lesincele en "el bloguero invisible"
    ¡te lo has currado un montón!
    Espero que ya estés curada de esa afonía.
    Besos
    Cita

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por pasarte por aquí. espero que el blog os guste tanto como la presentación del regalo. Yo sigo esperando el mío, que parece que no llega. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Cuando una mujer se queda afónica debe ser desesperante -para ella- quizá el esposo, compañero, amante o similar, no piense igual. De todas formas no quiero generalizar, que hoy en día es peligroso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja, ja. Creo que tienes razón, al esposo, amante o similar le encanta que no le interrumpan. Besos.

      Eliminar
  5. Espero que a estas fechas tu afonía y esas toses hayan pasado a mejor vida. Me he pasado por tu blog y me ha parecido muy simpática tu presentación, yo también trabaje en la banca algunos años.
    Me alegra mucho haberte conocido por medio del Bloguero invisible del blog de Kayena y nos seguiremos viendo.
    Un beso y cuida esa garganta

    ResponderEliminar
  6. Hola, aquí estoy visitándote. Interesante lo que cuentas de los clientes; siempre suelo oír quejas sobre los que nos acercamos a una ventanilla, es agradable leer también otra versión. ;). Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, y no desesperes, seguro que llega pronto tu bloguero invisible. ;-)

      Eliminar