Desde hace más de una semana la banda sonora de mi desayuno son golpes variados debido a unas obras de reforma. Es curioso cómo es difícil ubicar el origen del ruido. Te envuelve de tal manera que no sabes si viene de un lado o de otro. Yo, al vivir en el último piso, sé que de arriba no puede venir el estruendo.
Hay reformas en dos viviendas. Una en el bloque de al lado; otra, en mi bloque. Quizá si tuviera que preparar unas oposiciones o tuviera un bebé de sueño ligero me molestaría tanto golpe, pero en mi situación actual me da exactamente igual. Son golpes intermitentes y, de momento, no hay radiales por medio, que tienen un sonido bastante más molesto.
Hace un par de días me encontré con los vecinos en cuya casa están haciendo las obras. Han llevado todos sus muebles y objetos a un guardamuebles, ellos se han marchado de alquiler tres meses y la casa la han dejado sin nada. Pura cáscara es ahora.
Me contaron todo lo que iban a hacer: nuevas puertas de la casa y de los armarios empotrados; aire acondicionado por conductos; nueva cocina, nuevos baños, con baldosas a la moda; fuera parquet en pro de un suelo vinílico; fuera gotelé que ahora no le gusta a nadie.
La otra tarde nos asomamos mi marido y yo al piso. La puerta estaba abierta. A él le gusta ver estas cosas. Los operarios nos miraban con cierta desconfianza. Lógico, no está bien que vaya el vecindario a cotillear.
-Buenas tardes. Me encontré el otro día con Analía y Sosegado y me comentaron que estaban de obras. Ya me han dicho que me enseñarán el resultado cuando Vds acaben.
Mi comentario les tranquilizó.
No pasamos del umbral. Mi marido hizo dos o tres comentarios banales relacionados con tubos, suelos, canalizaciones, y nos marchamos.
Eso no era una casa, era una carcasa. Rozas, tubos colgando, polvo. Entiendo que la casa tiene ya 29 años, los dueños se acaban de jubilar y piensan que es el momento de dejar su casa como nueva y más confortable, ahora que tienen tiempo y su único hijo trabaja en el extranjero.
Pero no sé si está bien cambiar todo, incluso cosas que están bien, tan solo por seguir los dictados de una moda que nos dice en cada momento lo que se lleva en decoración.
-No te preocupes Zarzamora -me dice mi marido- dentro de nada volverá a estar de moda el gotelé y el parquet y nosotros estaremos más a la moda que todos nuestros vecinos, sin haber modificado nada.
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