lunes, 23 de mayo de 2022

Huella de carbono

Parece que los españoles de a pie, la España que madruga, como dicen algunos, somos los culpables de todo: de la propagación de virus, del cambio climático, del machismo, de la superpoblación, del racismo. Toda la lista de temas que están en las "agendas" de los poderosos. Esos que luego se van en aviones privados a viajes de placer o de negocios o a foros internacionales a sentar cátedra sobre cambio climático y emisiones de gases de efecto invernadero. Esos que comen menús carísimos y dejan casi todo en el plato porque está mal visto que les vean "engullir", esos que, hartos de los placeres normales de los proletarios, experimentan con drogas de diseño y perversiones desconocidas para la gente normal.

Así está el mundo: minorías elitistas que nos dicen qué está bien y qué está mal y nos machacan con que si seguimos así vamos a acabar con nuestra tierra.

Como ya he comentado en otras entradas, mi Banco se apunta a todas las tendencias de moda: bandera arco iris, morada, pin de la Agenda 2030... El otro día nos instruyeron acerca de la huella de carbono. Tuve que hacer uno de esos cursitos en línea en los que intentas llegar cuanto antes al final para hacer el test y volver a tus quehaceres habituales.

Cuando le dije a Claudio que ya había hecho el curso y que yo le podía hacer el test final, que tras muchas pruebas y errores había conseguido superarlo, me dijo con sorna:

-Ahora lo voy a empezar. Seguro que sale la niña diabólica.

Me costó un poco darme cuenta de que se refería a Greta Thumberg.

-Pues no sé Claudio. En algunos momentos el curso pasaba mientras que yo atendía a los clientes. Tiene fotos muy bonitas, eso sí. Incluso los mares de plásticos, los peces muertos y los basureros están fotografiados con una definición tan buena, que no me ha disgustado verlos.

Al poco rato, y ya sin clientes, mi compañero me llama a gritos. Ahí estaba Greta, en su pantalla, lanzando al mundo su mensaje salvador. Mi Banco la ponía como ejemplo de lucha por el planeta.

El curso era para informarnos de una nueva opción para la clientela: conocer nuestra huella de carbono (o como de perjudiciales somos para el planeta) Basándose en nuestros consumos con la tarjeta y nuestros recibos, y ponderando toda esa información no sé cómo ni con qué herramientas -el algoritmo usado es un misterio, seguro que lo han hecho unos "expertos" y no hay más que hablar- a mí, por ejemplo, me dicen que de seguir con mi ritmo de consumo, este año necesitaría ocho árboles para compensar mi destrozo al planeta.

Precisamente estos meses he usado poco la tarjeta, solo para comprar metrobuses y alguna cosilla en el súper. No hago viajes en avión, ni compro gasolina, ni tabaco... Mi Banco me decía que el 70% de mi agresión planetaria se debía a gastos (recibos) de mi casa: agua, gas y luz. Huella de carbono simplemente por vivir con cierto confort. En invierno pongo la calefacción (individual) a 19º. A 17º como dijo alguien importante en pleno postureo ecológico, no necesito ponerla. Es la temperatura cuando no estoy en casa.

Plancho, abro la nevera, pongo el horno para hacer bizcochos y la lavadora la activo cuando me viene bien. No tengo un cuadrante para ver cuando es más barata la electricidad. Será por eso que soy asesina potencial de 8 árboles. ¿Cuantos árboles destruirán los consejeros delegados de tantas empresas que viajan alegremente en aviones privados semanalmente? ¿O para ellos hay otro algoritmo más benévolo?

Esto que cuento en modo broma realmente no lo es. A mí me asusta. Me preocupa que los Bancos, arbitrariamente, al tener acceso a nuestros gastos, puedan decidir quien es más o menos ecológico. Me inquieta que este modelo lo copien los gobiernos y nos traten como a los chinos, que tienen su carnet de puntos de buenos ciudadanos. Si un chino en esas ciudades "piloto" hace o "piensa" algo que no le parece bien al estado, le limitan viajes, accesos a ocio, tiene que pagar más impuestos...Se convierte en ciudadano de segunda.

En este desquiciante mundo actual hay determinadas "religiones" de las que está muy feo abjurar. A saber: cambio climático, feminismo, inclusión, vacunación masiva. Cuestionar algo de esto es pecado mortal.

Lo que empieza como un divertimento para ver tu huella de carbono puede dar paso a otros controles. Los Bancos saben todo de sus clientes. A través de las tarjetas se sabe dónde compran, a qué horas, donde viajan. Con los recibos se puede conocer el colegio de sus hijos, sus actividades de tiempo libre, sus creencias políticas o religiosas. Sabemos si les gusta tener dinero en el bolsillo o son más de tarjeta. Conocemos su lugar de trabajo, si les cuesta o no llegar a fin de mes, dónde veranean. 

De momento nadie bucea en ese mar de datos y los empleados somos sumamente discretos. Yo cuento cosas pero jamás digo nombres de los clientes. Pero el peligro del "Gran hermano" está ahí. ¿Y si en un futuro esa información se usara o se confiscara por parte de algún gobierno para usarla mal? ¿Para discriminar y rechazar?

Por ahora podéis tener la tranquilidad de que si vuestra huella de carbono es alta os podéis redimir participando con donaciones en algún proyecto solidario que el Banco, que piensa en todo, os ofrece. Efectivamente, somos pecadores carbónicos, pero con una bula especial se nos perdonan estas faltas.

2 comentarios:

  1. Desconozco el pensamiento real de de esas gentes de la segunda mitad de S. XIX que se llamaban nihilistas. Por el nombre podría deducirse que no creían en nada y por ello pasaban de todo. Ése parece ser el pensamiento de Zarzamora al cual estoy a punto de adherirme debido a lo que veo. ¿Será cierto eso del Gobierno Mundial? En todo caso iremos a dos Gobiernos Mundiales tal y como se están desarrollando los acontecimientos. Mientras, el Covid sigue actuando y de cerca, eso sí, más suave. De todas formas, quiero romper una lanza por las medicinas, porque aunque algunos lo han pillado dos veces o más, ha sido mucho más suave y a veces casi imperceptible. Alguna razón tiene que haber. Hay mucho réprobo por ahí suelto

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  2. Ya no solo es mi banco el "innovador" con la huella de carbono. Tengo acceso a más bancos por motivos familiares y también ellos están dando la matraca con la "huella de carbono" ¿Alguien duda de que todos los bancos siguen las mismas pautas dictadas a niveles más elevados? ¿Alguien duda de que nos manipulan a placer para hacernos sentir siempre culpables y atemorizados?

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