sábado, 20 de octubre de 2018

Querer volver

Tengo hijos ya mayores. Uno de ellos se ha ido tres meses a trabajar al extranjero con una beca. Su intención es aprovechar el tiempo, la experiencia y... volver.



                  

Lo comento con clientes de toda la vida que me preguntan por mi familia como yo pregunto por la suya. Y les extraña que mi hijo quiera irse para luego volver, que desee vivir la experiencia con el billete de vuelta ya comprado.

Se asombran aún más porque mi hijo ha sido un estudiante excepcional, de los que han presentado un trabajo fin de grado y fin de máster de calidad, ante un tribunal imparcial que le ha calificado con un 10.

¿Qué está pasando en España para que la gente identifique éxito con largarse al extranjero para ganar más, aunque sea a costa de vivir aislado en infra-apartamentos que aquí rechazarían muchos inmigrantes sin recursos por carecer de los metros adecuados que exige una habitabilidad digna?

¿Qué está pasando cuando tu éxito académico y profesional solo se reconoce si agregas a tu currículum un puñado de años fuera de España?

Cuánto daño están haciendo esos programas de españoles por el mundo donde solo aparecen los exitosos, los que tienen casas enormes y sueldos altísimos. Ningún expatriado quiere parecer un perdedor. Aunque por dentro añoren muchas cosas, ponen su cara más feliz ante las cámaras.



Quizá yo sea antigua, quizá sea un especímen de madre en vías de extinción, quizá me encuentre un pelín triste ahora que veo la habitación de mi hijo vacía, pongo un cubierto menos en la mesa y le imagino en una ciudad lluviosa volviendo a una casa compartida en un temprano anochecer.

Mis hijos han estudiado en una Universidad pública y parte de mis impuestos y del resto de españoles han posibilitado estos estudios. No me parece justo que exportemos talento e importemos pobreza sin cualificar.

3 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. Ánimo, seguro que volverá pronto.

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    1. Sí, la verdad es que el tiempo pasa volando y ahora es muy fácil comunicarse. Un abrazo.

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  2. Oh Zarzamora, ¡pero qué hijo habéis! No debéis preocuparos tanto. Sois una egoista. Dejadle volar un poco, que volverá con la ramita de olivo de la libertad y del éxito... y algún detallito. No seáis "Mater helicóptherus". Lucifer

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