lunes, 29 de febrero de 2016

Las difusas fronteras de la amistad

Augusto, el director de mi sucursal, tiene muchos amigos. "He quedado a comer con mi amigo (del Banco)" "Voy a consultar este asunto con mi amigo (del Banco)" "Me he encontrado en la reunión con mi amigo (del Banco)"

Lupe piensa que es imposible tener tantos amigos. Y considera que el carácter de Augusto no es favorable para atraer tanta amistad. Los empleados de la sucursal no le consideramos amigo.

Hace unas semanas nos reunimos ocho vecinas convocadas por una de ellas, que ejerció de anfitriona y nos preparó una estupenda merienda. Desde que nuestros hijos han dejado de ser niños, no nos vemos a la salida del colegio, ni en cumpleaños, ni en los jardines cercanos. Hace ya años que nos encontramos de forma casual en la puerta de la urbanización, cargadas de bolsas de la compra, bajando la basura, a la vuelta del trabajo o, más formalmente en las Juntas de vecinos ( puedes ver mi entrada "Que conste en Acta") 

Imaginaos a un grupo de mujeres pasando revista al vecindario y criticando despiadadamente a la vecina origen de tantos desvelos comunitarios. Fue una liberación, una catarsis, un vocerío... ¡Qué bien lo pasamos!

Además de ponernos al día unas y otras acerca de los estudios de nuestros hijos -muchos de ellos ya universitarios- y otras cuestiones familiares, en un momento dado, entre risas, bocados de empanada, sorbos de refrescos y crujidos de patatas fritas, una de ellas, de voz tranquila y mesurada tocó el tema de la amistad.

-Concha, no te engañes, tú y yo no somos amigas, sólo somos vecinas. Yo nunca me iría de camping contigo, como esa otra vecina de la que hablas.

Lo dijo sin maldad ni dureza, y me hizo pensar en mí, en los distintos círculos en que me muevo y en los comentarios, destructivos y a la vez simpáticos, de mis hijos.

-Mamá, ni papá ni tú tenéis amigos.

Tengo compañeros de trabajo, conozco a clientes de toda la vida, saludo a los vecinos y en ocasiones intercambiamos un poco de sal o de harina que nos falta, comparto desde hace años clases de baile con un grupo consolidado de mujeres, y mantengo unas pocas amigas de mi época de estudiante

Cuando a veces he caminado junto a mi hija por el barrio o por mi zona de trabajo, me ha dicho:

-Siempre estás saludando a gente.

¿Hay un límite definido entre vecinos, compañeros, conocidos y amigos? ¿O son categorías que se solapan, se funden y, en el caso de las tres primeras, pueden ser pasos previos para llegar a la amistad?

También depende de cada uno dónde poner el listón de la amistad. Para algunos un buen amigo ha de cumplir requisitos tan especiales que es un mirlo blanco difícil de encontrar. Otros consideran amigo a cualquiera que se encuentran en el autobús.

Nos falta tiempo para cultivar la amistad, para entablar conversaciones profundas e interesarnos por el otro. Como dice una definición que he encontrado en la red, la amistad es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece en el trato.

Quizá algún día todos en la sucursal borremos la frontera de compañerismo y seamos amigos entre nosotros y, sobre todo, del director. Porque trato sí que tenemos. Ocho horas cada día.

Aunque, bien pensado, lo mejor será irnos de camping todos juntos. Eso podría ser el origen de una gran amistad o del rechazo más intenso.

9 comentarios:

  1. Cierto que algunos piden tanto a un amigo que al final se termina pareciendo más a un padrino.
    ¡En fin! cada cual que ponga las fronteras y las reglas para considerar amigo o no a alguien.
    Para mi los amigos son los que son capaces de compartir momentos entrañables en los que parece que el tiempo vuela, aquellos que están disponibles siempre que les necesitas y sobre todo en los peores. El que te escucha...
    Y todo lo que queramos añadir.
    ¿Puede haber amigos en los entornos laborales? Esa sería la pregunta.
    Abrazos

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    1. Me gusta tu definición. La verdad es que puede haber amigos en todos los ámbitos. Quizá yo sea demasiado exigente con el pobre Augusto. Un abrazo.

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  2. La verdad es que es complicado dar una definición de lo que es un amigo. Yo tengo amigos muy diferentes unos de otros. A unos tal vez les haya hecho algún favor, otros me los han hecho a mí, otros sencillamente me toleran, que no es poco, y disfruto de su compañía y charla. Con algunos hablo de higos a brevas, pero cuando lo hago, se nota que sigue viva la confianza que tuvimos cuando teníamos trato más continuado. Incluso podemos ser amigos de personas que no son nuestras amigas. Parece raro, pero estas cosas ocurren porque cada cual tiene su criterio al respecto. Unos son más restrictivos y otros menos.

    En fin, cada cual tendrá su criterio para decidir quién es su amigo y quién no.
    En el trabajo doy fe de que se pueden hacer muy buenos amigos.

    P.D.- Como no soy político, amigos engloba tanto a mujeres como a hombres, por si hay algún lector con tendencias "desdoblatorias" del lenguaje.

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    1. También me encantan tus consideraciones, que son totalmente ciertas. La amistad es algo tan amplio, que engloba tanto... Curioso eso de que la amistad a veces no es bidireccional, pero cierto. Un abrazo.

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  3. En mi opinión, la Amistad se tiene con muy pocas personas: aquellas a las que llamas para llorar o reir en su hombro, con las que te puedes enfadar un mal día porque sabes que te perdonarán, las que jamás serán indiscretas con lo que les cuentes y las que acudirán a ti cuando de verdad estén en problemas. Lo demás, como decía mi abuela, son "conocimientos", algunos muy agradables, a veces, dispuestos a echarte una manos, relaciones que se complementan unas otras: buen rollo en el curro, unas cañitas los findes, una comida de buenos recuerdos de vez en cuando. Todo sirve y ayuda al espíritu. Abrazos.

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    1. Qué bien, cuántas aportaciones. Tiene muchas facetas la amistad. Me gusta lo de "conocimientos" de tu abuela. Con tu permiso lo usaré. Es buenísimo. Un abrazo.

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  4. Pues un aporte más. Estoy de acuerdo con Meteoro en que hay muchas formas de amistad, y no tienen que ser mejores o peores, sino distintas. Recuerdo a uno del curro que siempre estaba pidiendo cosas y creo que no daba muchas y siempre decía, “para eso están los amigos” Desde luego para él sí. En un suplemento dominguero leí un artículo tonificante que decía que en general no se medía a todas nuestras amistades con el mismo rasero, porque a unos estamos predispuestos a perdonarles todo y a otros no les pasamos una. Yo creo que es cierto.
    Qué vecinas tienes. Sobre todo la que decía a la otra que solo era vecina porque con ella no iría de camping . Curiosa prueba “del algodón.” Para el próximo capítulo la pides que amplíe si al camping va con tienda de campaña individual o común. O si lleva roulotte etc. Es importante porque la cosa da para una tesis por lo menos. Ah, si no la respondió “ni yo contigo tampoco tonta del… trasero.” Réprobo

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    1. Sí que pienso que lo del camping es la prueba del algodón. ¿Puedes mantener la amistad con unos ronquidos desaforados del amigo-a dentro de la misma tienda? Sí que da para una tesis, el irse de camping o el irse a Euro Disney en mega pandas de familias amigas, o compartir habitación en un viaje. Efectivamente, todo son pruebas del algodón. Un abrazo.

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  5. Sin embargo el problema de la amistad sigue sin resolverse en tu vecina. Puedes tener una buena amistad con una persona y no querer que vaya al camping contigo (por esa razón, por ejemplo), hasta puede ocurrir eso con su esposo, compañero, amante o viceversa, pero dejémoslo. La verdad es que disfruto enredando las cosas. Re-Réprobo

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