miércoles, 22 de octubre de 2014

Que conste en Acta



Llevo demasiados días alejada de cosas que me gustan y metida en una vorágine de asuntos comunitarios. No me he volcado en ONG's ni en organizaciones filantrópicas de mi ciudad. Lo mío es más prosaico y yo diría que más agotador, y tiene un nombre que hace temblar a muchos: Comunidad de Propietarios.

Teníamos en mi vecindad un cóctel en el que se mezclaron ingredientes variados: conserjes de toda la vida que repentinamente son sustituidos por otros, administrador demasiado dependiente de una sola vecina, presidente que quería dimitir, con medicación por culpa de la angustia de un cargo no deseado...

Todo empezó en el mes de julio, en una de esas Juntas en que los ánimos se encienden y el Administrador juega, no sé si intencionadamente o por incompetencia, a aburrirnos: no pone orden en la sala, deja que muchos vecinos se enzarcen en absurdas discusiones y que los puntos del orden del día deriven en desorden permanente.

En medio de todo este cáos, siempre hay vecinos que gritan, blandiendo dedos acusadores: "Que conste en Acta". Es su momento de gloria. Sus ideas "geniales", sus diferencias con otros vecinos, o sus "diarreas" mentales,  plasmadas de forma imperecedera en Actas cuya recepción siempre me ha producido una ligera inquietud. Y es que casi todas las Actas llegan con el anuncio de una derrama o de un juicio. Parece que aquí no hemos aprendido eso de que "más vale un mal acuerdo que un buen juicio". Y resulta fácil disparar (o demandar) con pólvora ajena. O de todos, en este caso.

Desde julio he tenido, más o menos activo, un "run-run" permanente, un "Pepito Grillo" que me decía que en qué estaba pensando para meterme en este lío, con lo a gusto que podría estar dedicando ese tiempo a mi blog, mis paseos, a mi vida. Un "Pepito Grillo" que hurgaba en mi corazoncito y me hacía ver que no tenía que haber dos bandos, que todos tenemos nuestra parte de razón.

Pero a veces uno ha de decidir, como mal menor, la pertenencia a un determinado grupo. No sé si el mejor o el menos malo. Y me adherí a los que deseaban renovación, gente nueva, sin lastres de años pasados.

Este último mes mi vida ha sido un lío de correos electrónicos, y lecturas de la Ley de Propiedad Horizontal; una búsqueda de votos de vecinos afines;  un cúmulo de reuniones apresuradas en un banco de nuestro pequeño parque comunitario. He cenado tarde y con prisas muchas veces, he descuidado los menús diarios, he sufrido cierta incomprensión de mi marido, que no entendía qué hacía yo en este fregado.

No sé qué sucederá en los próximos meses, con vecinos nuevos en la Junta de Gobierno de la Comunidad. Todos los cambios generan incertidumbre. Pero, que conste en Acta, que la última Junta fue la primera en muchos años que finalizó temprano y con un aplauso de todos los asistentes. Aplauso a nosotros mismos. Y no la moderó ningún profesional, sino la que esto escribe, porque el azar, o la providencia, así lo dispuso. Me he limitado, junto con más vecinos, a favorecer una transición. El testigo ahora lo tienen otros. ¡Suerte!

6 comentarios:

  1. Lo más temido de las juntas comunitarias son las derramas, nunca hay dinero para nada, parece que el presupuesto nunca alcanza...
    ¿En que se el pago mensual que no es moco de pavo?
    Lo mejor: Un administrador profesional que no se case con nadie. Un presidente y vice-presidente anuales y no vitalicios...que de esos también los hay, y lo recomendable: asistir a las reuniones para poder ejercer con el derecho a réplica de los 4 listillos que quieren ejercer el poder e imponer sus criterios siempre acertados según ellos.
    Las reuniones generalmente en todas las comunidades son un caos, en la mía hemos conseguido anular a los salteadores del buen criterio.
    saludos.

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    1. Vaya... parece que estamos hablando de la misma. Ja, ja, ja. Buenísimo lo del administrador independiente. Era lo que nosotros no teníamos. un abrazo.

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  2. Ten cuidado, Zarzamora, que los aplausos del otro día pueden acabar convirtiéndose en ataques dentro de unos meses. Ahora que la transición está lanzada, retírate con disimulo para evitar que esos vecinos insoportables que se dedican a quejarse de todo, no te tengan como diana de sus próximas absurdas reivindicaciones.

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    1. Tienes toda la razón. Ya estoy completamente retirada. Si siguiera...podría tener consecuencias nefastas en mi feliz matrimonio. Ja, ja, ja... Que una Comunidad es muy vampírica. Absorbe demasiado.

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  3. ¿Cómo poner orden en una reunión de vecinos?. Si hubiera orden, no sería reunión de vecinos. Parece que te has esforzado por tu comunidad, eso es loable, seguro que tu marido está orgulloso de ti. Y esos aplausos, se ve que eran merecidos.

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    1. No sé, no sé... Lo de marido orgulloso. Se lo preguntaré Graicas por tu comentario.

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