lunes, 30 de junio de 2014

Tardes azules

Mis padres tienen una piscina comunitaria en las casas dónde viven. De esas grandes que se construían en los años 70, con una gran pendiente que conecta la zona dónde no cubre con las profundidades de baldosines azules.

Cuando a principios de junio, en las frecuentes visitas al domicilio paterno, veo que van quitando hierbajos, limpiando el fondo, barriendo el recinto... siento que se aproxima el verano. Un verano conocido, doméstico, sin sorpresas, donde los mismos vecinos se sentarán en los mismos lugares, hablarán de los temas de siempre, jugarán a las cartas a la hora habitual.

Cambian los hijos, o los nietos, cada año más crecidos. Se transforman los cuerpos: kilos de más, musculatura de menos, arrugas que no son bellas como decían los anuncios de hace años, pero que son signo de sabiduría y aceptación de la edad. Hay nuevos vecinos y faltan algunos que murieron en el frío invierno.

En días laborables las tardes son tranquilas, discurren sin prisa en esas horas de siesta en que incluso los socorristas se aburren ante la falta de nadadores. Alguna mujer acartonada se empeña en carbonizarse un poco más. La habitual pareja añosa de todos los veranos desafía el sopor veraniego dando vueltas y más vueltas alrededor de la pileta, en una especie de calentamiento sin fin antes de decidir su inmersión.

El agua es una lámina inmóvil con pequeñas estrellas de sol que tililan de vez en cuando si la brisa decide romper la monotonía del aire inmóvil.
                         


Rompo la quietud de la siesta y del agua, y mis brazadas lanzan en todas direcciones esas luciérnagas virtuales, esos  soles comprimidos. Sólo hay ruido de agua y fondo azul. Y el esfuerzo de nadar, el calor, el verano, el relax. Luego, un rato de sol y de lectura.

Son mis tardes azules, porque hay vida tras el trabajo.

3 comentarios:

  1. Hola Zarzamora, ya te he respondido en mi blog pero igual quería también agradecerte en el tuyo. Y felicitarte por tu blog, no sabes el gustazo que da leer un blog bien escrito, con frases alejadas del cliché y que respeta la ortografía!! feliciddades, sinceramente. Espero que tu viaje a Barcelona sea un éxito. Saludos!

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  2. Artículo poético y relajante como corresponde a este tiempo estival. Vamos, encantador, sin meterse con nada ni con nadie. No quiero horrorizar al Sr. Pablo Solórzano, Así que solo diré que es "mu bonito y m'a gustau mucho".

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    1. Sí, sí, hay que relajarse. Nadando o con una buena siesta. Besos.

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