viernes, 30 de mayo de 2014

No habrá Bancos para viejos

A menos que tengan las cuentas muy saneadas, entonces les haremos la pelota siempre que sea preciso. Y es que es difícil que gente mayor se adapte, ya en el otoño de su vida, a Internet. Y eso quiere la Banca, que la clientela utilice masivamente Internet y los cajeros automáticos para descargar a las oficinas del trabajo que hacen empleados... como yo.

Sí, parece que las Zarzamoras de la Banca nacional tenemos los días contados. Primero tendremos que persuadir con amabilidad a los clientes de que usen las tarjetas, memoricen claves, accedan a Internet para hacer transferencias, comprar acciones, devolver recibos. Cuando lo hayamos conseguido, bien porque hemos echado a parte de la clientela o porque hemos aburrido a la otra mitad... la empresa nos dará la patada en el trasero a los empleados de caja.



                            



Imagino que nos querrán reconvertir para labores comerciales. En el mundo de hoy, tanto vendes, tanto vales. Y al igual que en una tienda de modas una temporada se ven pantalones de campana y camisas estampadas y otra pantalones pitillo y camisetas ceñidas, y es difícil encontrar algo distinto; en el mundo financiero también hay modas. Impuestas desde arriba, desde luego. Es difícil adaptar la oferta disponible "de temporada" a las peculiares necesidades de algunos clientes.


La Banca ya no es una sastrería o una modista. No es equiparable a unas "Galerías Velvet", con ese "prêt à porter" (listo para llevar)  elegante, que nos muestra la serie de televisión. La Banca se parece a cualquier gran almacén con ropas repetidas y en serie. Espero que no acabe siendo un mercadillo de barrio, pero con precios de la calle Serrano.


Mi padre no tiene tarjeta, ni Internet. No es de los ancianos pesados que pasan por el Banco a diario como escala obligada de sus paseos por el barrio. Ha trabajado también en Banca y sabe de muchos temas bastante más que yo. ¿Tendrá que pasar por el aro de estas normas? ¿Harán una excepción por haber sido empleado en tiempos? ¿Su nivel de ahorro le permitirá acceder al grupo de clientela que ha de ser adulada? 


Hace años la Banca tradicional criticaba a la Banca "on line" ensalzando la importancia del trato personal, cercano, a pie de calle. Parece que ahora toda la Banca quiere ser "on line". Pero nosotros, en lugar de esperar a que el cliente, voluntariamente, y cuando quiera, suscriba fondos, o depósitos, o pida préstamos, nos abalanzaremos como hienas sobre los incautos que, todavía, entren en nuestro local. ¡Todos seremos comerciales! Y habrá puntuaciones, incentivos, listas de buenos y malos. Y seremos cuatro gatos en cada oficina en permanente competición. 


Algunos clientes aún se revuelven diciendo que se irán a otra entidad, que hay muchas.¡Pero alma de Dios! ¿Donde vas a ir? Si cuando empieza una moda todos la siguen como corderitos... Si todos los Bancos estamos cortados por el mismo patrón. 


Lo peor es que cuando Glicinia y yo nos quejamos, Lupe, la jefa, con esa gran sabiduría que tiene y ese vocabulario que unas  veces es barriobajero y otras imita la vulgaridad imperante, nos responde:


-Estas normas se van a cumplir "sí o sí". "Esto es lo que hay".Y "con la que está cayendo" más os vale estar calladitas.


Pues eso, sumisión total y prohibido opinar. Es el siglo XXI. ¿Alguien dijo que mejoraríamos?



4 comentarios:

  1. Supongo que todo esto responde a un plan diabólico perfectamente diseñado. No creo que nadie sea tan tonto para no verlo así.
    Mientras no me toque a mí, todos bien. En lo que yo conozco, Telefónica y Banca era una “bendición que a uno le “prejubilaran” aunque infinitamente mejor en la segunda. En ambos casos he visto derramar lágrimas de cocodrilo.
    Pero esto no es culpa de ellos. Siempre tuve presente que, hasta que no consiguieran ponernos a todos un móvil en el bolsillo y no poder prescindir de él, no pararían. Mira en lo que hemos acabado, Internet en la palma de la mano. Nos crean necesidades y nos quitan las que ellos mismos nos dieron hace muchísimos años, cuando ya no les conviene.
    Quién no se ha sentido “moderno” al efectuar una transferencia desde el ordenador de su casa. Encima dicen que no te cobran comisión por ello. Los Bancos serán un teclado en cualquier esquina y un número de teléfono avisándote de que te están grabando y serás denunciado si dices algo no les gusta oír, “chorizos” por ejemplo, porque será delito.
    Espero que al menos, no nos quiten los bancos del parque.

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  2. Los bancos del parque no los quitan, pero procuran poner un reposabrazos en el centro para que nadie (los mendigos) se tumbe. Pues sí, se nos crean necesidades. Mejor, adicciones, como la del móvil. La adicción a los Bancos está por ver. Un abrazo.

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  3. Me dejas temblando. Hay cosas que jamas podrá hacer un cajero por ti y, eso, espero que se tenga en cuenta. Abrazos.

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    1. ¡Lo que veremos en este siglo! Empleados como yo estamos condenados a desaparecer. Por más que le duela a mucha gente. Sobre todo a mí, claro. Un abrazo.

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