miércoles, 12 de diciembre de 2012

Decoración navideña





Ayer puse el pino navideño en la sucursal. Es sintético, con más de 20 años sobre sus ramas de plástico. Es tan complejo de armar que, como tenemos suficiente espacio, lo guardamos montado de un año para otro. La señora de la limpieza me dijo que limpiaría un poco el polvo depositado en sus ramas tras un año de descanso en el sótano, cubierto someramente por una gran bolsa de basura. No sé cómo sería la limpieza, ni cuánto el nivel de mugre del arbolito, pero acabé con las manos negras después de colgar los adornitos.

En el Banco ahorramos tanto que los colgantes son siempre los mismos. Hubo un tiempo en que el notario cercano, agradecido por las numerosas operaciones de financiación que se firmaban en sus oficinas, nos enviaba por Navidad una caja de bombones selectos adornada con una figurita de cerámica que luego colgábamos del árbol. Eso ocurrió durante cuatro años, los del mayor "boom" inmobiliario. Lo sé porque ayer conté esas figuritas: cuatro. Ni más, ni menos. El resto son bolas y manzanitas rojas. El nuevo notario ya no regala nada. Con la crisis, hasta los notarios se quejan. Pronto olvidan los años de vacas gordas. El caso es llorar.

También he puesto un bonito nacimiento, otro "gran reserva", como el abeto de plástico. Queda muy bien, porque el "ecosistema" anejo al portal de Belén cambia cada año, en función del ramaje, musgo, líquenes, cortezas... que yo haya encontrado en las fechas previas en mis paseos por bosques y jardines.

Yo lo pongo todo. Yo lo quito todo. Recuerdo una sucursal en que el árbol estuvo instalado hasta marzo. La que lo instalaba consideraba una carga esta tarea. "Yo lo pongo, pero que otro lo quite", debió pensar. Y nadie lo quitaba. Y ahí seguía. Hace muchos años, en mi oficina eran otras las que armaban el Belén (en sentido literal). Se quedaban toda una tarde, consensuaban el lugar donde ponerlo en función del paso de clientes, de la luz, del tamaño. Valoraban la ubicación de cada figura. La situación del río y de las montañitas era casi, casi, motivo de referéndum. Al día siguiente, o alababas adecuadamente su creación artística, o se malhumoraban porque nadie apreciaba su esfuerzo.

Yo decoro mi casa en Navidad. Pongo el Belén a mi tía y a mi madre, que me lo agradecen como sólo hacen las tías y las madres. También he adquirido esta "obligación", en mi lugar de trabajo. Pero me da igual el reconocimiento de mis compañeros. Lo que me gusta es que mis "viejecitos" me recuerden al comenzar diciembre: "Ya tienes que ir poniendo el árbol y el Belén". O que entren niños con sus papás, les tiren de la manga y les digan: "Mira que Nacimiento tan bonito, tiene un río que parece casi de verdad".  O que llegue algún compañero de otra sucursal y pregunte: "¿Quien ha puesto el Belén?", para felicitarme primero y lamentar  luego que en su oficina nadie quiera decorar nada.

Pero como es un hecho que la decoración navideña a veces suscita roces en lugar de armonía y unión, hay centros de trabajo y oficinas en que el abeto navideño lo llevan ya decorado a finales de noviembre unas empresas de servicios, lo descargan en un momento, y enchufan las luces. El mismo día de Reyes  lo recogen y lo cargan en la furgoneta completo, sin quitarle ni una bola. ¡Ay, perdón, bolas no, que estos árboles son muy "fashion" y tienen otros adornos! Quizá los guarden en algún almacén montados, como hacemos en mi sucursal. Pero seguro que hacen algo para que no cojan tanto polvo. Lo que es seguro es que estos pinos no tienen tanta solera como el nuestro.

5 comentarios:

  1. Pues fíjate, yo trabajé en varias oficinas bancarias durante un par de años y en ninguna se ocupaba nadie de poner ni árbol ni belén... ¡éramos unos rancios! En Servicios Centrales la cosa era diferente.

    Un beso.

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  2. ¡Qué bien se entienden tus escritos!. La redacción es muy buena. En mi trabajo, en alguna ocasión, los ordenanzas han puesto solo árbol, bastante desangelado. Este año creo que no habrá arbol. Soy funcionaria, en la administración, y el ambiente está un poco enrarecido.

    Lo tuyo suena bonito, al menos tu lo disfrutas.¡Feliz NAvidad!

    firmado: buscadora

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    1. Es duro ser funcionario. A vosotros y a los empleados de Banca nos culpan de todos los males. Pero es que, a vosotros, además, os quitan la paga. De cualquier forma, ¡feliz Navidad!

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  3. Hola

    Pues yo trabajo en un hospital y hay árboles y belenes en cada planta! Ademas de en Hall de entrada, en la cafeteria etc, Jajaja, ya ves. Pero bueno, es normal, hay que intentar animar las fiestas a las personas que por desgracia las han de pasar allí pero bueno.

    He llegado aquí de casualidad. Me ha encantado tu blog, es genial, muy divertido. Yo acabo de empezar uno sobre libros, si te gusta leer pásate por allí y dime qué opinas. Yo te pongo ya mismo en mi lista de blogs.

    A partir de ahora te sigo!!

    Besos
    http://laseternaspalabras.blogspot.com.es/

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    1. Siempre he pensado que la Navidad en un hospital tiene que ser especialmente dura. Qué bien que haya gente que intente hacerla más agradable.
      Besos.

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