viernes, 4 de diciembre de 2015

Cabaret

Como no todo es trabajar y mi hija disfruta de unos días de cierta tranquilidad tras algunos exámenes en su facultad, decidimos regalarnos un musical del que excluímos a los chicos de la familia, a los que no les van mucho estos espectáculos y que tendrían problemas para acomodar sus piernas adecuadamente en el estrecho espacio entre las filas de butacas.

fondo_teatro

Ayer fuimos al musical "Cabaret", en el teatro Rialto, en la Gran Vía madrileña. Yo iba sin saber qué iba a ver. Me sonaba Liza Minnelli siempre asociada al cabaret, alguna sintonía musical, pero no he visto la película ni tenía ninguna idea acerca del argumento. El factor sorpresa sería total para las dos.



Redondeando, me gasté 60 euros en cada entrada. Las saqué por Internet y con la comisión que incluyen se me quedó en ese precio. Optamos por el entresuelo para no tener ninguna cabeza delante y el precio era el mismo que abajo. La visibilidad, excelente. El espacio para las piernas, como ya he dicho, escaso. A nosotras, en tercera fila, las rodillas casi nos pegaban con el asiento delantero. Si alguien decide ir, aviso que la primera fila de entresuelo tiene mucho espacio para las piernas, pero hay un cristal delante para evitar caídas al patio de butacas y el escenario se ve a través del vidrio, que tiene juntas de unión entre los distintos trozos. 

No tenía ni idea de los nombres de los actores. Solo me sonaba Edu Soto. Al verlo en los carteles de publicidad del metro, supe que era uno de los que suelen disfrazarse en "Mira quién baila". Tampoco en el teatro me enteré de quién era quién. Un pequeño programa lo cobraban a 1 euro. Llamadme ratilla si queréis, pero habiendo pagado 60 euros por entrada, creo que lo mínimo es obsequiarlo. Así que no lo compré. ¿Para qué? En Internet se pueden ver todos los nombres de los actores y su biografía. Pero como eso no viene mucho al caso, yo voy a contar de qué iba la obra sin nombres de actores y sin nombres de personajes, porque todos tenían nombres alemanes ininteligibles. Me quedaba solo con  el "Frau" o "Herr".

Tranquilos porque no voy a destripar nada esencial, pero tampoco voy a rellenar este artículo con vaguedades, como hacen tantos críticos profesionales.

Sube el telón y aparece un personaje con la cara pintada de blanco que es en cierto modo el hilo conductor de la obra, el narrador, el organizador de las vedettes. Ese es Edu Soto, la única cara conocida para mí. El garito berlinés Kit Kat (sí, como los chocolates) es donde actúan. La orquesta está situada en una "terraza" circular sobre el escenario y toca en directo. La acústica me pareció estupenda. Yo creo que la orquesta tocaba muy bien y, lo que es más importante, se entendía muy bien a los actores cuando cantaban, y lo hacían muy bien. En muchos musicales la calidad de las voces deja un poco que desear.

De repente, surge en escena un vagón de tren. Allí se encuentran un escritor que viaja a Berlín con la intención de escribir una novela y un alemán que parece dedicarse a trapicheos, mercado negro o cierto contrabando. El alemán le recomienda unas habitaciones de alquiler y le habla del Kit Kat.

Una alemana solterona es la que alquila esas habitaciones. Es su único y precario modo de subsistencia. Se ve cómo surge el amor entre ella y el frutero del barrio, un viudo judío.

Por otro lado, Sally, la vedette del espectáculo en el Club Kit Kat, deja el club y se instala en la habitación del escritor. De alguna forma le impone su estancia allí. No nos quedó demasiado claro ni a mi hija ni a mí qué tipo de relación tienen, si se aman los dos, si uno ama sin ser correspondido... Y, para colmo, casi al final, el escritor confiesa algo sobre su intimidad que nos dejó perplejas, que nos hizo preguntarnos "¿Pero este de qué ha ido durante toda la trama?" Para mí es el personaje más imprevisible y más raro. Y apenas canta. Aunque no escriba nada de su novela, sí que lee  "Mi lucha", de Hitler y es el único que presiente que la situación en Alemania se puede poner muy fea.

Se va viendo cómo los judíos están en el punto de mira de los nazis, pero parece que los alemanes, incluso los que son judíos, no acaban de creérselo. O no quieren creérselo y esperan que todo pase. Queda muy clara la ceguera de la población, representada en ese grupo de personajes cuya vida gira alrededor del Club Kit Kat.

Este argumento contado a grandes rasgos está salpicado de números musicales. Sally, la vedette, tiene una gran voz y cantaba excepcionalmente. La alemana solterona también lo hacía muy bien, con unos matices desgarrados. Las voces femeninas estaban muy por encima de las masculinas.

Luego, claro, estaban las típicas gracias "cabareteras": cachetito en el culo a las chicas, movimiento de "paquete" de los chicos, alusiones sexuales. Nada escandaloso, la verdad, solamente un poco vulgar. Pero como parece que al público le gusta eso... 

Edu Soto, el actor que llevaba el hilo conductor de la obra, me ponía un poco nerviosa por cómo hablaba. Repetía constantemente "Ja, ja ja", "Mmmm", "Ajamm", dando a su personaje un tono de desgana existencial, de aburrimiento crónico.

Hubo un intermedio y mientras el público se iba acomodando nuevamente, él salió al escenario haciendo de su personaje, claro, y comentó algo así (léase con desgana profunda):

-Yo, la verdad, no sé qué hacer en los entreactos, pero hay que hacerlos porque Vds. tienen ganas de orinar, claro (risas del público). 

Luego hizo algunas gracias, y sacó a dos personas de las que había junto a los pasillos. Les subió al escenario y bailaron. Pero resultó todo muy postizo y artificial. En fin, no todos los días  los actores van a estar con las mismas ganas.

Nos  gustó la obra y nos gustaron las voces, aunque hubiéramos deseado más números musicales y de baile. Los cambios de decorado eran muy ágiles y la ambientación muy correcta. Nada que ver con el minimalismo decorativo de muchas obras modernas.

A algunos personajes les faltaba tener una personalidad más clara, eran un poco "planos" A mí los que más me gustaron a nivel dramático fueron la alemana que alquilaba habitaciones y el frutero judío. Y nos quedaron cabos sueltos en el argumento, nos llevamos a casa unos cuantos "porqués" a los que no hemos sabido dar respuesta. A ambas, madre e hija, nos surgieron las mismas preguntas. Y si tienes que investigar en la red para enterarte bien, es que algo falla, y no precisamente las espectadoras.

El final sorprende. Quizá no podía ser otro.




5 comentarios:

  1. "Long time ago" vi la peli, pero, claro, ni la recuerdo, salvo los ojos muy pintados de Liza Minelli y el "money money money" que ya no sé si lo recuerdo de la película o de las miles de veces que lo han repetido por tv. En fin, lo importante es que pasasteis un buen rato. Abrazos.

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  2. Nosotras hemos visto también Cabaret.
    Sin analizarlo en profundidad nos ha gustado la obra y hemos pasado un rato muy agradable.
    Está muy bien el ambiente de la sociedad alemana de los años 20 y 30 que luego propició la venida de Hitler al poder y sus consecuencias.

    Las hermanas Gilda.

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  3. Por cierto que lo de cobrar el programa, estamos totalmente de acuerdo contigo, es una cutrada.
    Hermanas Gilda

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  4. Parece que cuando tenemos invitados “de provincias” uno de los sitios a los que les llevamos es al teatro. Viendo la exposición de Zarzamora respecto a Cabaret, esposa y cuñada se fueron a ver la obra. Comentario de salida; hay una canción que conoces tú. Tanteé con canciones populares alemanas del siglo XIX, pero no. Indagando en internet resultó ser la canción propia del musical que yo conocía a través de la película homónima que se hizo después. Así me enteré que esa canción no es una melodía popular alemana, tampoco una canción nazi, como muchos creen (con una letra tan encantadora no podía serlo). “Tomorrow belongs to me”. Fue compuesta por Fred Ebbs en los 60´ del pasado, para el musical, por cierto los dos compositores judíos. Pero claro, cantada en el musical por aquella sociedad hundida social y económicamente por la guerra … y los vencedores, brazo en alto con saludo romano y que desembocó a la postre en lo que ya sabemos. Vamos, que te miran con recelo si lo cantas . Te mando el enlace de la canción en la película y una composición más original y criptica. RÉPROBO
    https://www.youtube.com/watch?v=29Mg6Gfh9Co
    https://www.youtube.com/watch?v=IZa_MOvIj94

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    1. Siempre se aprende con los comentarios de lectores tan instruidos. Me he visto las dos versiones de las canción que envías y he echado un ojo a la letra, patriótica pero claro, cantada en ese contexto ya se le ven otras connotaciones que no tendría por qué tener tomándola aisladamente. Un abrazo. Me alegro que tus "chicas" disfrutaran con el musical. ¿Por qué será que no van muchos hombres?

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