martes, 17 de diciembre de 2013

Lotería en el trabajo

La mejor lotería (laboral) es estar a gusto en el trabajo, tener un buen horario y sentir que valoran nuestro esfuerzo. Pero en muchos casos, eso es casi tan difícil como ser agraciado con el gordo de la lotería navideña.

Pero mi intención no es ser pesimista ni contar rollos negativos en estas fechas pre-navideñas, quiero hablar de la compra de lotería en el trabajo. Yo creo que es una tradición casi tan extendida como la comida o cena de Navidad con el jefe esperando que alguien (normalmente el más rezagado) se siente a su lado.

A mí no me gusta nada la lotería, me parece una forma tonta de perder 100 euros que es lo que, entre unos compromisos y otros, suelo jugar. Soy jugadora social, ¿Cómo voy a decir que no a jugar un mismo número con mis compañeros de sucursal? Total...20 eurillos que asumo que voy a perder. Quizá en el fondo subyace el temor a que me llamen rata, agarrada, asocial...

                               Bombo de Navidad 


Pero el colmo es...¡Que soy yo la encargada de hacer la lista de peticiones de décimos, las llamadas a antiguos compañeros ya jubilados cuyo contacto navideño con la sucursal es recoger la lotería y charlar un ratito con nosotros, soy yo la que les adeudo en cuenta el importe de sus décimos! En fin, son esas herencias que te van cayendo cuando algunos compañeros se jubilan o se van a otras oficinas.

La compra se suele hacer en parejas por motivos de seguridad frente a un hipotético robo. Pero da igual quien elija el número. Creo que solamente una vez nos tocó un reintegro.

Lo mejor es cuando los compañeros ven el número. El de este año, no sé por qué, suscita el comentario de "¡Qué número más bonito" Sinceramente, desconozco dónde está la belleza de un número. ¿En ser superior al millar? ¿En tener dígitos variados? ¿En tener una estética curvilínea con abundancia de 6, 5 ó 9? ¿En ser capicúa? ¿En recordarnos una fecha especial en lo histórico o personal?

Imagino que un número puede nacer feo (como tantos bebés) pero se vuelve hermoso si sale del bombo acompañado de unos cuantos miles de euros.

En lo que si estoy de acuerdo es que el sorteo de la lotería marca el inicio de la Navidad. Yo asocio el soniquete de los niños de San Ildefonso con la llegada a casa, cuando era niña, llevando las notas del trimestre. Lotería igual a vacaciones. Ahora, no lo asocio a vacaciones porque casi nunca tengo muchas en Navidad. Quizá por eso no aguanto trabajar con el canturreo de los premios de fondo y me parece ridículo bañarse en champán si te toca la lotería.

Aunque...quizá si algún día me tocara cambiaría mi forma de ver las cosas y me convertiría en una gritona, que pregonaría mi felicidad ante cualquier cámara de la tele.

Espero no cambiar y seguir pensando que la felicidad no la da el dinero, sino sentirte feliz con tu familia y disfrutar de un verdadero espíritu navideño y familiar.

¡Feliz Navidad a todos!





Este centro lo he hecho reciclando materiales. La base es una media rota rellena de calcetines viejos , recubierta de papel pinocho verde y atada con un cordel marrón como si fuera una longaniza. En ese mismo cordel iba enganchando las piñas, cogidas en mis salidas por el campo, algunas están pintadas y otras no. Dejaba algún extremo de cuerda suelto y pegaba estrellas de papel brillante, aprovechando sobras de material escolar de mis hijos. Hay bombones clavados con alfileres a la base para que el que quiera, me los robe y se los coma. Pero la gente es honrada. No me han quitado nada.


El acebo, típico de la Navidad. Lo mejor es disfrutarlo "in situ" contemplando miles y miles de bolitas rojas en acebos que son más grandes que muchos árboles. Y ya sabéis, está prohibidísimo coger acebos. Está protegido.


5 comentarios:

  1. Pues a mi la loteria de Navidad me encanta. Reconozco que no juego una cosa excesiva pero al igual que tú tengo varios compromisos del trabajo y siempre les compro porque mira que si luego toca y lo has tenido delante. Es cierto que con el gordo comienza oficialmente la Navidad pero es que también me encanta ver la alegría de los premiados, para mi es un día de ilusión y yo siempre compruebo los décimos con el gusanillo de ¿y si...? Soñar es gratis.
    Por otro lado, veo que estás hecha toda una artista, vaya centro te has marcado. Yo es que soy tan torpe... que envidio mucho a la gente mañosa que es capaz de crear estas cosas tan bonitas.
    Besos!

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  2. Ya queda menos para el sorteo. Pues sí, a alguien le tiene que tocar. En mi sucursal nunca ha aparecido un premiado y el director nunca ha tenido que ir a captar dinero de gente de las cercanías que hubiera tenido premio...Quizá estemos en un barrio gafado. O es que toca tan poco... Feliz Navidad.

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  3. También la lotería es parte de esta Navidad que nos hemos creado, como el turrón, el belén etc. Por cierto, no sé si será ya tarde, pero sería bueno que en la próxima comida de empresa, hicieras un acto realmente navideño. Colocarte con toda naturalidad y como si fuese normal, al lado de tu jefe y no como último recurso y por supuesto, hablar con él afablemente durante toda la comida. Vamos, yo lo encuentro enternecedor. Eso sí es Navidad verdadera!. Por lo demás, os deseo que os toque algún dinerillo.

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  4. La verdad es que, a estas alturas es casi imposible imaginar una navidad sin la lotería, es algo que se asocia inconscientemente. Yo, habitualmente no compro lotería ni hago quinielas ni bono lotos y esas gaitas, pero en navidad es imposible, sobre todo en el trabajo, que a lo tonto te cargas con un montón de participaciones, que si te descuidas te dejas medio sueldo, pero aun peor son las rifas, los compañeros que aprovechan para vender las de los viajes de fin de curso de sus hijos, los jubilados que te traen las rifas de las asociaciones a las que pertenecen, etc. etc., en fin, una verdadera ruina. Y para colmo, si te toca algún reintegro, como son normalmente juegas participaciones, van y te dicen que lo que ha tocado se juega a la del niño y hay ya si que pierdes lo poco que "habías" podido recuperar. En fin, menos mal que esto es de año en año.
    Un beso

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    1. Estoy completamente de acuerdo. Lo más sangrante es lo de las rifas para el viaje de los niños en el colegio. El que quiera que su hijo viaje, que se lo pague, pero no violentes a los compañeros con esas ventas "a la fuerza" que, luego, ni se acuerdan de mirar el sorteo de la ONCE de un día cualquiera de mayo para ver si les ha tocado una tele o un marco digital.
      Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo.

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