miércoles, 6 de noviembre de 2013

Herederos


-¡Vaya, ya me ha caído el tercer muerto de la semana!- resoplaba con ganas mi jefa esta mañana.

No lo decía en sentido figurado. Era el tercer cliente que se moría en lo que va de semana, y esto siempre nos genera problemas y más trabajo en la oficina. Salvo cuando el difunto apenas tiene dinero y su cuenta se cancela por aburrimiento, para que no genere comisiones y más comisiones, o cuando los herederos se llevan bien entre ellos y no hay roces.

Yo he visto herencias paralizadas durante años, y sin repartirse, porque los hermanos no se ponían de acuerdo y alguno de ellos impugnaba la herencia porque se sentía perjudicado. Suele ser habitual que los padres autoricen en su cuenta a algún hijo, porque con la edad o las enfermedades necesitan que alguien les saque dinero o les haga determinadas gestiones en el Banco. Hasta ahí, todo normal, estar de autorizado en la cuenta de papá y/o mamá suele ser un trabajo extra, una carga que no  todos los hijos quieren. 

A veces sucede que papá o mamá mueren y el resto de los hermanos, felices y despreocupados cuando de las cuentas de papá se ocupaba Amable (llamemos así al hermano
autorizado), ahora piensan que la herencia no es tan cuantiosa como creían y comienzan a sospechar que Amable ha podido sacar tajada y embolsarse dinero indebido. Es entonces cuando piden al Banco movimientos, extractos, copias de cheques y "auditan" a Amable, en quien antes confiaban.

Un cliente bastante rico, Epulón, era tutor legal de una hermana retrasada mental. No sé si el resto de los hermanos hubieran deseado esa responsabilidad. El incapacitado murió con una cuantiosa cantidad de dinero en cuentas y depósitos, heredado a su vez de sus padres. Eran seis hermanos. Varios de ellos pidieron explicaciones al hermano tutor acerca de la gestión del dinero del difunto, que no les parecía del todo correcta ni lo suficientemente "fructífera" en cuanto a rendimientos. El expediente de reparto sigue "engordando" en la mesa de mi jefa porque hay "impugnaciones" y los hermanos no llegan a ningún acuerdo.

Es curioso que estas preocupaciones acerca de la gestión del hermano autorizado en cuenta surgen a toro pasado, cuando el muerto está bien en el hoyo y a los vivos les toca repartir "el bollo". Y todos quieren su bollo  lo más grande posible.

También hay casos en los que el vivo renuncia al "bollo", más que nada porque piensa que quizá tenga moho, o bichos. En una ocasión vino una hija a comunicarnos el fallecimiento del padre, simplemente para que lo supiéramos. Ni quería saber lo que había en la cuenta, ni nada. Había renunciado a cualquier posible herencia, conocedora del carácter derrochador y desorganizado del padre. Quedó en la sucursal un préstamo sin pagar. Préstamo que nunca le quiso dar Augusto, el director, pues en la oficina ya sabíamos de la falta de solvencia y seriedad de ese cliente. Pero como las amistades valen de mucho, un director general, amigo del colegio del derrochador, obligó a la concesión.

Sí, es muy fácil ser amigo de la infancia, pero en vez de rascar de tu bolsillo los 4.000 euros del préstamo (tampoco era mucho para un director general), obligas a la sucursal a dárselo y a soportar luego la falta de pago. Lo pagó mal en vida y una vez muerto, ya veis, pérdida para la oficina. El análisis económico en un préstamo, se olvida cuando hay amiguismos por medio. Pero claro, los amigos tienen que ser bien importantes, porque un director de nada como Augusto nunca puede saltarse la normativa, salvo cuando alguien "muucho" más importante que él dice: "hágase", como si fuera un diosecillo. Entonces el préstamo se concede "sí o sí", que es esa coletilla tan de moda, y que tanto odio, que utilizan hasta la naúsea todos esos directivos de medio pelo que están por encima de cualquier director de sucursal. 

También hay herederos que se llevan la pasta antes de que muera el interesado. Tan ricamente. Este es el caso de una viejecita, Olvido Sobrino. Soltera, decidió ir a una residencia y autorizar a uno de sus sobrinos en la cuenta. En un año, cheque a cheque, el sobrino ha sacado 200.000 euros de la cuenta de la tía. Iban venciendo los plazos fijos y no los renovaba. Imagino que estará deseando que la tía muera pronto, porque ya no hay dinero en la cuenta para los recibos de la residencia. Dijo que los estaba pagando en efectivo. ¿Por cuanto tiempo? Me da pena de Olvido, tan educada, tan agradable, acumuló un pequeño patrimonio pensando en su vejez y confió en su sobrino. El tiempo dirá si era merecedor de esa confianza.

Y una curiosidad, normalmente el muerto siempre se paga su entierro. En teoría, cuando alguien muere, sus cuentas han de bloquearse en cuanto tenemos noticia, pero cuando hay dinero en la cuenta, en los Bancos se suele tener el detalle de autorizar la transferencia a la funeraria. También se continúan pagando recibos de gas, agua, luz... de la vivienda del difunto hasta que se hace el reparto, y las últimas nóminas del cuidador (si lo había), que unas  veces va al paro y otras se recoloca con familiares del fallecido o vecinos del mismo barrio.

Hay quien no paga el entierro porque lo lleva pagando ¡toda la vida! Os sorprendería saber la de gente que paga "los muertos", así llaman coloquialmente a los seguros para ser enterrados dignamente y que los herederos se ocupen lo mínimo de algunos detalles en esos momentos tristes. Se incluye un féretro de determinada calidad, unos recordatorios... Imagino que depende de los diferentes seguros. Si eres longevo, habrás pagado a lo largo de tu vida cinco o seis entierros. Y si te han apuntado en el "pack" familiar cuando naciste... ni os cuento.

Os aconsejo a todos que, para dar tranquilidad a vuestros herederos, os olvidéis del seguro de los muertos pero no de hacer testamento. Sí ya sé que hay que ir a un notario y cobran un dinero, pero se hace un testamento genérico, sirve para toda la vida y eso sí que facilita mucho todas las gestiones y papeleo "post morten" en Hacienda, en el Banco...

Vaya, me ha quedado todo un pelín truculento ¿no?. Y eso que ya pasó el día de difuntos.

4 comentarios:

  1. Se me llevan los demonios con el tema de las herencias. La gente se vuelve malévola cuando hay dinero de por medio y no puedo entender como se dan estas peleas entre hermanos de la misma sangre. Tenemos mucho que aprender aún, y una de las cosas más importantes es que llegamos a este mundo sin nada e igualmente nos vamos ¿por qué pelarse por el dinero? Y menos cuando en muchas ocasiones no se tratan de grandes sumas. Es una verdadera pena, la verdad.
    Por otro lado, no tenía ni idea de la curiosidad que nos cuentas, no sabía que el muerto se pagaba su entierro, que caña y por el último yo si que conozco el seguro de los muertos porque mi suegra lo paga y creo que tiene a mi chico incluido, como dices debe de haber pagado ya 500 entierros porque tiene ya 80 años. Lo que hace que se me pongan los pelos de punta es cuando viene el que cobra el seguro, que va puerta por puerta, diciendo "los muertos". Que yuyu.
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, lo suelen cobrar casa por casa. ¿Desde cuando está incluido tu chico? Luego, según se cumplen años, cada vez da más pereza desligarse. En mi familia política también pagan los muertos. Je,je,je... ninguna familia está libre. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Pues no lo sé, pero viendo las creencias y costumbres de los pueblos (vivo en un pueblo), fijo que su madre lo incluyó de bebé jaja, no me extrañaría. Tengo que preguntarle.
      Besos!

      Eliminar
  2. Conozco una persona, que siempre que llaman esos emisarios del "Buen Viaje" para mejorar o ampliar el servicio, les larga la misma historia. "Me voy a borrar" "No quiero más" etc. Eso lo llevo oyendo desde hace muchíiiiiiiiisimos años. Siendo como es, una cosa tan seria me echo a reir pero pero a lo grande, mientras tanto sigue "insertando moneda".
    Un día que tuve ocasión de hablar con uno de ellos y le dije, que después de estar pagando toda la vida te menten en un cajón de patatas, y si quieres algo más curioso a pagar más. El hombre, que se ganaba la vida haciendo clientes no tuvo más remedio que darme la razón.
    Las benditas ánimas, en vez de visitar a los deudos para que les saquen de purgatorio, tenían que venir a llevarse con ellas a algunos de ellos por malos y desconsiderados y librarse ellas, por supuesto.

    ResponderEliminar