viernes, 15 de marzo de 2013

El caradura

Apareció en un momento tranquilo, no había gente detrás de él, quizá por eso se explayó, quizá por eso presumió.


El Sr. Hurtado tiene cara de buena persona, pero de buena persona anodina, fácilmente olvidable. Nadie recordaría haberse sentado a su lado en el metro, ni haber coincidido con él en la cola del súper. Es de esas personas anónimas, que parecen incapaces de matar una mosca, con un trabajo fijo y un sueldo digno.

El Sr. Hurtado venía a pagar una multa de 30 eur. No le había detectado un radar en la carretera, le había pillado un inspector en el metro viajando sin billete. No me tendría que haber dado explicaciones. No se las pedí. Podría haber perdido el billete y ya está. Tampoco es tan difícil. Mala suerte, buscas, rebuscas, y te toca pagar, aunque seas inocente. Pero la multa tenía su historia, que me narró con cierto orgullo. A mí, que uso el metro y pago religiosamente mis billetes.

Llevaba ¡4 años! colándose en el metro. Era la primera vez que le pillaban. No es que saltara por encima de los torniquetes, como hacen algunos caraduras jóvenes, pero más atléticos que este cuarentón, él pasaba con una tarjeta que no era suya, sino de un amigo que vivía fuera de la ciudad pero que, de vez en cuando, venía en viajes de negocios y al que la empresa facilitaba la tarjeta para mayor comodidad en sus desplazamientos de trabajo. El amigo la usaba un día o dos al mes. El resto del tiempo el Sr. Hurtado usurpaba su identidad y atravesaba cómodamente los torniquetes sin que nadie pensara que ese señor con cara de no haber roto un plato en su vida se estaba colando.

                                       


Cuando le pidieron el billete no sacó la tarjeta del amigo, optó por decir que no lo llevaba (no fuera a ser que le requisaran el abono mensual ajeno) y pagar la multa. He hecho los cálculos de lo que ha dejado de pagar en estos cuatro años. Pongamos una media de 50 euros mensuales para un abono sencillo, él ha estafado al metro 2.400 eur. El metro cada vez es más caro, en parte quizá por una mala gestión, en parte por caraduras como el Sr. Hurtado, que entra gratis cuando tiene un sueldo bueno y no roza en lo más mínimo la pobreza.

Probablemente en la hora del café (quizá con su cara de bueno se vaya sin pagar y tampoco lo note nadie), ojeará los titulares de prensa y comentará con los amigos "Que vergüenza, como está España, esta corrupción política no hay quien la arregle".

7 comentarios:

  1. Creo, Zarzamora, que no te podrás quejar de la rapidez con que te contestan algunos de tus lectores. Eso es fervor. Por ende, deduzco que podrían ser dos mil los que te leen aunque no te contesten. Observo la habilidad que tienes de poner nombres "apropiados" a tus personajes. Busca cómo deberían llamarse los "chorizos" "mangantes" "gentuza" -e ainda mais- Que bajan programas y música de Internet, y estafan a una asociación de cuyo nombre no quiero acordarme. Busca Busca...

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    1. ¡Touché!, como dirían los franceses. Y es que he visto la paja en ojo ajeno y no mi "viga". Que mis "niños" se descargan pelis no sé bien cómo y yo las veo en casa sin pagar entrada. En mi descargo diré que nunca son españolas. Así que creo que no estafo a la SGAE.¡Y encima siso más que el Sr. Hurtado! Que el cine cuesta 6 euros y el metro 1 eur.
      Me encanta que te hayas fijado en lo de los nombres y apellidos. Seguiré pensando nombres apropiados...

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  2. Muy bueno el párrafo final. Así nos va...
    De caraduras esta el mundo lleno y en todos los estamentos, categorías laborales y un largo etc. Es una pena pero por lo visto en España este tipo de cosas están bien vistas. Es más, cuando alguien cuenta algo así en grupos de amigos no se le critica precisamente sino todo lo contrario, se le aplaude por ser tan listo y si te descuidas hasta le piden el truco para hacerlo ellos también. Lo dicho, así nos va...
    ¡Besos!

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  3. No te aflijas por ello Zarzamora. Esto ocurre hasta en las mejores familias. Abrazos y besos para todos, y que tus "niños" no se sientan culpables por ello.

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  4. A mí no me parece tan mala la fechoría del señor Hurtado (he imaginado al simpático Jordi Hurtado, de Saber y Garnar, siendo multado), después de todo el abono está pagado y el titular no lo usa, así que no supone gasto extra para la compañía Metropolitana. Lo que sí me parece es un riesgo innecesario por parte de tan digno caballero. Por las cuatro perras que ahorra al día, el riesgo de ser humillado me parece excesivo.

    El comentarista anónimo ha estado muy acertado, pero la realidad es que la descarga de música y películas de internet no es un delito (no en España) del mismo modo que no lo es el préstamo de libros o discos. Es cierto que al "compartir" cosas por Internet, la difusión de lo compartido se agranda tanto que muchos de los que en otras circunstancias comprarían el disco o la película, dejarán de hacerlo ¿pero quién, si se encuentra un billete de veinte euros en el suelo lo deja y se va al banco a sacarlos de su cuenta?

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  5. Querida Zarzamora, te he de confesar que yo he intentado ser como el señor Hurtado, pero no he podido.

    Mis padres tienen más de 65 años y por ello se pueden sacar un abono mensual a precio de risa. Intenté convencer a mi madre para que se sacara el abono y me lo cediera para mi uso y disfrute en el metro, pero ella se negó, aduciendo que eso estaba mal, que era robar.

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    1. Creo que tiene razón tu madre (a ver si va a ser la mía...) Aunque con todo lo que hay que pagar a los ayuntamientos (IBI, basuras...)quizá la postura del Sr. Hurtado no sea tan mala. Lo que me suben exageradamente por un sitio, lo siso por otro... ¡Ay, mi moral se está relajando mucho! ¿O no?

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